Muchos elogiaban, elogiábamos, el optimismo antropológico de Rodríguez Zapatero, que nos llevó a la ruina, aunque la cosa venía de antes, de Aznar y su ley del Suelo, y hasta de Felipe González. Todo fue una equivocación, por no decir un engaño o por más decir una estafa. Caminábamos hacia la pobreza con paso lento pero firme y frívolo. Ahora Rajoy, el muy bragao y en herencia recibida, afirma que hemos superado la crisis financiera y de deuda. Y no lo detienen por escándalo público.

¿Pero qué nueva patraña, qué nuevo camelo es éste cuando debemos una billón de euros, que jamás podremos pagar y que hipoteca sin dación nuestras vidas, y que a lo más que llegaremos es a ir pagando anualmente los intereses a cambio de empobrecer seriamente a los españoles, y sin rebajar ni un céntimo el montante de la deuda. ¡Menudos son los prestamistas!

¿Cómo se puede decir que las cosas se van arreglando, sindicatos impávidos y patronal presentes, cuando tenemos seis millones de parados y creciendo y sin perspectiva de que alguna vez tengan trabajo?

¿Cómo decirlo, por muy osado que un político sea, cuando no se arbitran nuevas fuentes de riqueza y seguimos apegados a la economía tradicional y primitiva, y disminuyendo la inversión en lo que hacen todos los países sensatos, emergentes y no emergentes, invirtiendo en tecnología, investigación, innovación y desarrollo científico e industrial? ¿Cuántos años son necesarios para que un ex albañil mire por un microscopio en un laboratorio?

¿Cómo vamos a soportar el deterioro y la depauperación de los ciudadanos aunque se hiciera una reforma fiscal seria, profunda y agresiva, que no sería sino retrasar el momento de la ruina total y colectiva? ¿Qué vamos a hacer cuando se acabe el dinero para prestaciones y pensiones, de dónde va a salir lo necesario esquilmados definitivamente por los impuestos incluso de los ricos?

¿Cómo se puede decir sin mesarse la barba que vamos mejorando, o no ven ustedes los cientos de carteles de Se alquila, Se vende o Liquidación por cierre en cada piso y tienda de toda calle de España, alguno de ustedes está en mejor posición económica que hace un año, o dos, o tres o los que quieran, no conocen ustedes casos desoladores y angustiosos de pobreza vergonzante o no? ¡De modo que se ha solucionado la crisis financiera pero los desahuciados aumentan y los políticos abortan la ley, y quienes han perdido sus ahorros preferentes no cobran, en medio del solaz o falsa tristeza de ejecutivos de bancos y cajas, se ha solucionado y cada día hay un Ere, sí, cada día un ERE!

Malo es ser agorero, alarmista o pesimista profesional, pero peor es ser un farsante: esto no tiene arreglo, gobierne quien gobierne. Puede tener arreglo en lo ético, pero no en lo económico. Todo ha sido una broma macabra. Hay que partir de cero, pero ¿cómo, quién, cuándo, hacia dónde? Y en todo caso ya siempre seremos un cuarenta o un cincuenta por ciento más pobres, los que aún puedan ser más pobres. España era y es un decorado de película del Oeste, en los que detrás de las fachadas de los edificios no había nada.

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Gota PAPAL: ¡Y a mí que no me interesa absolutamente nada el Cónclave! Reconozco mi culpa y mi ignorancia. Me da igual a quien nombren.