Cartas de los lectores

1 de agosto

La reforma laboral es una traición a los trabajadores
El Parlamento ha traicionado a la clase obrera con la aprobación de la reforma laboral.
Somos pobres porque somos víctimas de una violencia estructural, de un sistema que manipula a la persona considerándola un mero producto del mercado. Los nuevos popes de la economía condicionan el desarrollo económico a una política basada en la precarización del mercado de trabajo, más privatizaciones y mayores sacrificios por parte de los trabajadores. Mucho se nos ha hablado de la economía de la innovación y del crecimiento, pero nadie ha enarbolado la bandera de la inclusión social. Sin darnos cuenta, el modelo americano ha invadido Europa.
Decía Saint-Simon: "El paraíso no esta detrás, sino delante de nosotros", pero para ello debemos dar voz a los sin voz, democratizando la democracia y exigiendo que seamos los ciudadanos los auténticos soberanos de nuestro destino. Pero para ello es imprescindible la participación, la lucha y la unión de los pobres del mundo, que somos todos menos aquellos que nos dan recetas económicas y sus marionetas que las llevan a la práctica.
Pedro Narváez y Juan Manuel Canle
Por una sociedad económicamente saludable
Hasta hace aproximadamente unos 20 años, la limpieza de los portales y escaleras de los edificios era realizada por los propios vecinos en turnos que, generalmente, tenían una duración semanal. El paulatino incremento del poder adquisitivo de las familias trabajadoras hizo posible que las comunidades de propietarios comenzaran a contratar la ejecución de estas tareas, dando lugar a la creación de miles de puestos de trabajo. Asimismo, aunque desde hace menos tiempo, las responsabilidades de gestión de las comunidades de vecinos han entrado en la misma dinámica, y han sido numerosos los empleos generados en el campo de la administración de fincas.
O sea que, aparte de más justa o ética, parece que una sociedad es más saludable y sostenible laboralmente cuando mejora la distribución de la riqueza. Si todos los partidos políticos de los países democráticos dicen tener como objetivo el progreso de la calidad de vida de la población, entonces, ¿por qué cada día se pronuncian más las diferencias sociales? ¿Cómo es posible que en plena recesión económica aumente el número de ricos? ¿Quiénes son los responsables de este codicioso transvase de dinero de unos a otros?
Alejandro Prieto Orviz / Gijón (Asturias)
Orgullo por la prohibición de la lidia en Catalunya

He asistido a la sesión del Parlament en la que se ha decidido abolir las corridas de toros. Tengo que decir que me emocionó tanto el tono de los discursos previos a la votación, como el resultado de la misma.
El debate llevado a cabo en el Parlament sobre un asunto que trasciende la política para penetrar en el claustro más íntimo de nuestra sociedad ha sido una muestra inolvidable de elegancia parlamentaria, de ejercicio de la soberanía popular, de respeto a las diferentes sensibilidades confrontadas, y de la plasmación del triunfo de unos valores más próximos a la sociedad moderna, solidaria y compasiva que se supone que queremos ser que a los de aquella otra que, en términos políticos, pensamos que habíamos superado con la muerte de Franco. Más que un acto de prohibición, lo que ha culminado el Parlament de Catalunya es un acto de afirmación de la vida, del respeto a todas las vidas, del rechazo a la crueldad deliberada y gratuita, de la muerte como espectáculo, del martirio por pura diversión de un animal joven y bravo en la flor de la vida; y de la asunción por parte del ser humano de su papel en el mundo, como máximo responsable del reino animal. Gracias al Parlament de Catalunya, me siento un poco más orgulloso de ser español.
Mario López Sellés / Madrid
Los galácticos a la deriva en el espacio
Dicen que de bien nacido es ser agradecido y el Real Madrid ha despedido esta semana a dos grandes futbolistas como si se fueran dos indocumentados que pasaban por allí. Se gastaron una fortuna en presentarnos a sus nuevas joyas; claro está que el despido de Del Bosque fue porque no encajaba con la imagen del Madrid –que realmente está dando una imagen lamentable, si ese era el objetivo lo ha conseguido ampliamente– y acto seguido el señor Del Bosque gana un mundial con su cara de bonachón. Pues por sus actos los conoceréis, amigo Sancho; aquí despedimos a deportistas de los que salen uno entre un millón con una palmadita en la espalda y, si acaso, se le hace un partido de homenaje cuando haga menos calor pero recibimos sudando la gota gorda a los nuevos. Pues que sigan así, demostrando que las buenas formas están reñidas con la pretensión de hacer galáctico un club que año tras año no deja de parecerme cada vez un meteorito a la deriva que malvive a base de vender camisetas de trapo por las esquinas sin una copa que levantar.
Emilio Iglesias Delgado / Sevilla

Los documentos de la barbarie
Ahora que sabemos que la OTAN bombardea a mujeres y niños en Afganistán y que se han desclasificado miles de documentos que ratifican las matanzas indiscriminadas de inocentes por parte de los soldados occidentales en Irak y Afganistán, me pregunto si podremos mirar a la cara alguna vez a un iraquí o afgano y decirle que nosotros nos pusimos la pegatina del no a la guerra y que lo que vino después escapó a nuestro alcance. Me espanta cómo se mira para otro lado, cómo los culpables quedan impunes. Lo máximo que le pasó a Bush fue un lanzamiento de zapato, a Blair un simulacro de comparecencia pública donde, gimoteando, se le escapó el ser presidente de Europa y a Aznar se le produjo un desorden mental de vigorexia que es el hazmerreír de muchos; pero nada más.
Ahí siguen con sus fortunas creciendo a base de conferencias sin interés. No entiendo a dónde creemos dirigirnos.
Emilio Iglesias Delgado / Sevilla

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