El club de la garrapata

Lagerback intenta disimular la guerra interna sueca

Matar al mensajero. Ésa es la forma que ha tenido el técnico suecon Lagerback, de poner freno a las constantes especulaciones que giran entorno del combinado escandinavo. De sobra es conocido que las relaciones entre muchos de los jugadores de su selección no pasan por el mejor momento, el entrenador trató hoy, en una comparecencia ante los medios, de camuflar la evidente divisón interna de su vestuario. Hace unos días Slatan Ibrahimovich hizo una reflexión pública en la que exigió a su técnico la alineación en el once sueco del prometedor Sebastian Larsson en detrimento del veterano, y poco amigo del jugador del Inter, Ljunberg. Visto que las cosas han ido empeorando día tras día, Lagerback decidió hoy asegurar que la prensa ha "mal interpretado" las palabras del elegante delantero. Aún así, los ánimos andan revueltos por Lugano y la prensa sueca se muestra cada día menos esperanzada con el debút de su selección, que tendrá lugar el martes 10 a las 20.45 horas en Salzburgo. "Vi el partido de España frente a Suecia y los suyos ganaron muy, muy fácil", aseguró Hiddink hoy a Público al ser consultado por los otros rivales de la selección rusa en el grupo D.

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