De lunes

Razones de ZP frente a Obama

Cuando puede, el equipo de Zapatero se esfuerza por airear los parecidos entre Obama y ZP. Altos (casi 1,90 m), delgados, de buena planta y nacidos el 4 de agosto. Uno en 1960 en Valladolid, el otro en 1961 en Honolulú. Apasionados del baloncesto. Los dos estudiaron Derecho y enseñaron la materia. Sus mujeres les conocieron en la Universidad. Ambos decidieron la retirada de las tropas de Irak como primer gesto de sus mandatos.
Ya puestos, tendría más valor filtrar que es Obama quien copia a ZP, porque el español llevaba cinco años gobernando cuando llegó el americano. Pero el papanatismo se nutre del miedo al ridículo.

Ahora ese trabajo va a resultar un esfuerzo bobo, por ineficaz. Mientras Obama ha liquidado a los tres asesores con los que se ha equivocado –Nancy Killefer y Tom Daschle por errores fiscales, y Bill Richardson por adjudicación sospechosa–, ZP mantiene a su ministro de Justicia, que ha cometido un delito: cazar sin licencia. Por no hablar de los errores políticos: disfrazarse al estilo escopeta nacional para cazar y coincidir con el juez Garzón. Lo accidental del encuentro agrava la estupidez de dos tipos que son brillantes y capaces cuando aparcan su soberbia.

¿Cuánto le hubiera durado a Obama Bermejo en el cargo? A Zapatero, semanas. Se saben las razones: no entregar a las fieras del PP la pieza mientras está acosada. Un argumento muy cinegético, testicular e ibérico. Rancio y, además, alejado de los paralelismos con el americano, que van camino de ser meras anécdotas.
Y lo más necio del caso: ese sostenella y no enmendalla ha logrado que los populares frenen sus fiestas Saturnianas, ese devorarse entre familias que estaba a punto de hacer aflorar la miseria que aún esconde la derecha
española.

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