El mapa del mundo

Crónica y rumores de una muerte anunciada

ENRIQUE MENESES

A día de hoy, no existe confirmación de la muerte de Fidel Castro. Sin embargo, la supuesta noticia ha corrido como la pólvora desde Miami. Los que vivimos la larga agonía de Franco y sus múltiples muertes preferimos ser cautos. Extrañó a los seguidores de los asuntos cubanos que el líder supremo abandonase sus comentarios en el diario Granma desde el 16 de diciembre, cuando se publicó el último de sus textos. Además, fue en vísperas del cincuentenario de su victoria.

Luego llegaron, el domingo 11 de enero 2009, declaraciones sibilinas de Hugo Chávez a un grupo de empresarios argentinos de visita en Venezuela: “El Fidel aquel que recorría calles y pueblos con su estampa de guerrero, con su uniforme y abrazando a la gente ya no volverá. Quedará en el recuerdo”.

Pero todo se ha precipitado desde que Fidel despachase con 16 palabras el 50 aniversario de la revolución castrista, de su revolución. “Al cumplirse dentro de pocas horas el 50 Aniversario del Triunfo, felicito a nuestro pueblo heroico” (diciembre 31 de 2008, 19:00 h.).

Es evidente que la falta de presencia, por lo menos escrita, en la felicitación al pueblo cubano es un síntoma muy serio de que los últimos momentos de la vida de Fidel Castro se están consumiendo, si no es que ya está muerto y se pretende aplazar la noticia para que sobreviva al nefasto mandato de George Bush.

Esa simbología pretende que la muerte de la persona que plantó cara a 50 años de presidentes estadounidenses (Fidel) desaparezca cuando alcance la Casa Blanca el hombre (Obama), que podrá colaborar en el restablecimiento de relaciones amistosas entre los dos países. Muchos esperamos una transición pacífica una vez que la alargada sombra de Fidel haya desaparecido y Raúl se aleje del complejo de hermano pequeño carente del carisma del Líder Supremo.

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