Tierra de nadie

A 6.000 euros el minuto

La última revelación del cara a cara entre Rajoy y Rubalcaba del próximo lunes es que costará en torno a 550.000 euros y que en el plató dominará la austeridad y los tonos neutros. La verdad es que a esos precios hubiera sido preferible una escenografía tipo Bollywood que nos alegrara la noche, y que en los descansos, vestidas alternativamente de rojo y azul en virtud de un pacto sellado por los coordinadores de campaña, un grupo de animadoras agitara los pompones al ritmo del Countdown de Beyoncé.

Si las cuentas no fallan, y suponiendo que la acartonada refriega alcance la hora y media de duración prevista, cada minuto de debate saldrá por 6.100 euros, que es algo más de lo que nos cuesta discutir de política en el bar de al lado con el vecino del quinto. Todo es poco para celebrar un nuevo hito en la historia de la democracia española y, de paso, recuperar del salón en el ángulo oscuro a Manuel Campo Vidal, que con su ignota Academia de la Televisión se lo monta de cine y se ha acostumbrado a que en cada convocatoria electoral se le ponga en casa.

Si la cara es el espejo del alma, la de Rubalcaba tendría que ser de funeral de primera. A este hombre le ha mirado un tuerto y también Zapatero, que no se sabe que es peor. La encuesta de ayer del CIS vino a ratificar que, en efecto, es más fácil que el Madrid le gane al Barça que remontar la ventaja del PP o evitar su mayoría absoluta. Aunque el debate le saliera bien, lo cual no es descartable porque enfrente no tiene a Azaña, necesitaría otros quinientos. Menos mal que el presidente tuvo en cuenta una eventual recuperación del empleo a la hora de fijar las elecciones; si apura hasta marzo convierte al PSOE en extraparlamentario.

Aguarda uno impaciente los rescoldos del combate. Si uno saludó encogido y el otro llevaba la chaqueta desabrochada; si Rajoy volvió a ponerse su corbata roja de la suerte o si Rubalcaba movía mucho el bolígrafo. Al del PP le imaginamos hoy feliz jugando a los recortables con el sector público. Si el lunes no le ven la tijera es porque sus asesores le tienen dicho que no la saque en público.

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