Entre leones

Políticos en pelotas

Pablo Casado, que no para de superarse a sí mismo en eso de hacer el ridículo –ya no tiene prácticamente margen, está rozando la perfección-, acusa a Pedro Sánchez y a todo el Gobierno de haberse marchado de vacaciones con el coronavirus rebrotando por los cuatro costados de España.

Lo hace casi en bañador, casi en pelotas, mientras disfruta de unos días de asueto –nada que ver con unas vacaciones, por supuesto- en la costa almeriense, junto al presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno Bonilla, que, como mucho, desconectará unos días: ni por asomo unas vacaciones como Dios manda.

Estos chicos y chicas el PP son como los chinos: están abierto las 24 horas y te venden las motos que sean necesarias. Y baratito, por poco más de un euro. Para ellos, la palabra reposo es un sacrilegio. El amor a la Patria es tan profundo, tan severo que les hace imposible compatibilizar un buen espeto de sardinas con un polvo de Poniente de 40 grados. Pura castidad, puro patriotismo. Y las calores, que son muy malas para la sesera y para el coito.

Los de Vox, sin embargo, son otro cantar. El líder supremo de los ‘politos azules’, Santiago Abascal, está de vacaciones y ha repetido destino: Sotogrande. Ya anda por ahí haciéndose fotos oculto tras una mascarilla rojigualda con algunos paisanos, que lo ven, incautos de ellos, como una especie de artista de cine; me imagino que de ‘pelis’ en blanco y negro, de Tercera regional.

Es de esperar que este año haya aprendido la lección y no se ponga esas chanclas algo mariquita azúcar que lució el verano pasado y que nunca dejó retratar con toda su crudeza por temor a provocar un maremoto entre la militancia. Santi, hay que conservar el prestigio de macho ibérico en memoria de Félix Rodríguez de la Fuente.

Y a ver cómo va tu golf. En un año sin dar palo al agua, seguro que chungo. Hay que subir menos y más despacio, pichita.

Quien también está de vacaciones es Cayetana Álvarez de Toledo, que lo mismo vale para ilustrar al PP que a Vox. En su caso lo está por mandato de la autoridad, que le ha impuesto un curso intensivo de submarinismo durante todo el estío. Ni respirar puede.

Quien no está de vacaciones ni falta que le hace es Javier Lambán. Sí, el presidente de Aragón ha estado tan ocupado dando lecciones a todo Cristo, en especial a su presidente y secretario general, Pedro Sánchez, que los rebrotes en su comunidad, con Zaragoza a la cabeza, lo han cogido en Transilvania, o quizás en la residencia de invierno de Bram Stoker.

Es un artista este socialista visionario: predijo con gran clarividencia la victoria de Susana Díaz en las primarias del PSOE. Eso de que la susodicha era una trianera tocada por los dioses no hay nada más que verlo en los días que corren. Trianera a secas, más bien, ¿no?

Ahora, cuando le toca dar trigo, Lambán sigue predicando a diestro y siniestro: culpa (sin culparlos) a los temporeros de la fruta de los numerosos contagios en su negociado territorial, y asegura que ya se lo advirtió al propio Pedro Sánchez allá por el mes de marzo.

En definitiva, en opinión de este mago de la política declarativa, el presidente del Gobierno es en el fondo el culpable máximo de todo.

¡Menos mal que los dioses se pusieron de perfil en el momento justo!

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