Fuego amigo

La deconstrucción de Europa

Con el aumento de la xenofobia en Europa y el consiguiente ascenso a su parlamento de la extrema derecha incardinada en los partidos supuestamente democráticos (como la ministra de Turismo de Berlusconi que hace el saludo fascista en las concentraciones oficiales) sólo quedaba encontrar al sustituto de los judíos, el pueblo fetiche al que culpar de los males que nos aquejan a los "arios", y poder así quemar sus casas, confiscar sus bienes y perseguirlos hasta la muerte, si se tercia. Vuelven los fantasmas del pasado a visitarnos, si es que en realidad se habían ido algún día.

Hoy nuestros judíos son los rumanos, a los que miramos con aprensión en los semáforos cuando nos amenazan con sus armas de limpiar parabrisas. Tienen carta de ciudadanía europea, pero la falta de recursos en su país los está desperdigando por toda Europa, como una enorme emigración mendicante. En Belfast, Irlanda del Norte de la Gran Bretaña, pudo ocurrir hace un par de días una noche de los cristales rotos. De hecho la hubo, cuando los vecinos atacaron con botellas y ladrillos las viviendas de un centenar de rumanos que terminaron pidiendo asilo en una iglesia.

Recuerdo el entusiasmo con el que muchos demócratas recibimos el ingreso de España en la Unión Europea. Los que salíamos de la noche oscura del franquismo pensábamos que aquello significaba, en cierto modo, que dejábamos de ser la reserva europea de caspa moral, un blindaje contra nuestros males seculares, con nuestros generales obligados a convivir con ejércitos modernos y profesionales.

Pero hoy es Europa la que parece que tiene que defenderse de sí misma, acosada por euroescépticos y ultranacionalistas. ¿Comenzará el año que viene la "deconstrucción" de Europa con el probable triunfo de los conservadores británicos?

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