Merienda de medios

A Camps le desnuda un sastre

Ha hablado José Tomás, el sastre de Camps, y le ha hecho una gran faena al presidente valenciano, que no admite un traje sin ceñidor trasero, algo parecido al ABS pero en trabilla. Vestido de romero, Camps ha dicho que es una víctima de las mentiras, pero tiene difícil su defensa, porque el modisto le tiene tomada la medida y, además, en el Ritz, donde se alojó el maharajá de Kapurtala, y Rainiero y Grace Kelly consumaron su cuento de hadas. La honorabilidad de Camps está sujeta con alfileres.

¿Es lícito dudar de la palabra de un político que jura haber pasado por caja aunque no enseña las facturas? Tras las revelaciones al volapié de José Tomás, un comprensivo Fernando Jáuregui echaba un capote a Camps en el Diario de Mallorca: "Sigo sin convencerme de las culpabilidades del presidente de la Generalitat, más allá de que, sin duda, debió afrontar las cosas con mayores dosis de valor y sinceridad". Igual de confiada se mostraba Pilar Cernuda en Onda Cero, que sólo recela y se indigna con los socialistas: "Quiero creer que tiene las pruebas de que ha pagado los trajes. Alguien de su entorno me ha dicho que las tiene y que las hará públicas".

En dirección contraria circulaba por La Opinión de Málaga Consuelo Sánchez Vicente, para quien una cosa es la presunción de inocencia y otra las responsabilidades políticas de unos representantes con los que "está permitida la tolerancia cero o la intransigencia diez", sobre todo si, como decía Manuel Alcántara en La Voz de Cádiz, "hay motivos para que muchos crean que este señor tiene más cara que calva".

A Camps no le salvaba ayer ni Miguel Ángel Revilla, el famoso representante de las anchoas del Cantábrico en funciones de presidente autonómico. "Tengo la intuición de que los trajes se los regalaron (...). Me da esa pinta. ¡Ojalá que no porque sería terrible! (...). Si se probase que esos trajes se los han regalado, quien coge poco, coge mucho. Así de duro soy", advertía en Punto Radio.

El consejo

Hasta el apóstol Federico buscaba en la Cope una salida al callejón valenciano: "Si no tienes la factura, pues di: ‘Esto es un error, lo lamento y lo pago en cuanto me digan cómo y a quién’. Ya está. Oye, si son dos millones de pesetas... Un tipo cuyos contratos en la Comunidad Valenciana son de miles de millones de euros. Eso lo entiende todo el mundo. Pues no, señor". A Camps le ha desnudado un sastre. O sea.

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