Modos y Modas

Tiempo de cambios

¿VENTANA O PASILLO?// ISABEL REPISO

Llegó septiembre, mes del reciclaje vital. Marina lo nota al salir de la ducha, en cuanto se seca con la toalla, y se hace un peeling improvisado. Adiós al moreno. A los dos morenos: el que le ponía la tumbona y el suyo propio (merecido y celebrado después de 11 meses de blancura nuclear).

Septiembre es el mes del coraje. "Si algo no te gusta, cámbialo ahora o calla otros 12 meses", parecen gritarle las portadas de todas las revistas de su quiosco habitual. Pero Marina es una tipa sufrida que se conforma con poco, lo cual explica que no le pidiese el número de teléfono al moreno que le ponía la tumbona.

 
Septiembre es el mes de los charlatanes. Marina lo aprecia en la peluquería, donde todos los presentes hablan de los paraísos que han visitado, los palacios donde se han alojado y los manjares que han ingerido. "Gente con suerte o algo bocazas", piensa, mientras le enrollan el último rulo en la cabeza.

Bien pensado, septiembre podría ser el mes de los pesados. De los que protestan porque los editores cambian los libros escolares cada año, de quienes te obligan a que veas todo su álbum vacacional, de los que te someten a interrogatorios interminables sobre tu rincón secreto y de quienes te cuentan sus propósitos de enmienda para el nuevo curso. Sobre eso, Marina tiene algo que decir. Unos van al curandero para dejar de fumar, otros se apuntan a cursos de inglés; Marina aspira a seguir igual.

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