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Duelo en el Mediterráneo con el Liverpool al acecho

Marsella y Monaco están separadas por sólo 241 kilómetros, pero sus estilos de vida parecen proceder de galaxias distintas. Si una se define como una urbe trabajadora y repleta de inmigrantes que intentan abrirse paso en Europa con grandes dificultades, la otra es el paraíso del lujo, el glamour y la jet-set. Pocos derbis en el mundo enfrentan realidades sociales tan distantes como el que se vivirá esta tarde (17:10) en un Velodrome repleto. Es la magia del fútbol, convertido en uno de los pocos motivos por los que un pequeño comerciante del puerto marsellés puede sentirse por unas horas más afortunado que un multimillonario de Monte Carlo. Sólo hace falta que el balón entre más veces en una portería que en la otra.

La batalla del Mediterráneo se presentaba también como un duelo individual entre dos de las grandes promesas del fútbol francés. Samir Nasri y Jérémy Menez, compañeros en categorías inferiores de la selección gala no hace mucho tiempo, veinteañeros pretendidos por gigantes continentales, iban a verse las caras el uno contra el otro en un choque de descaro, atrevimiento y talento. Sin embargo, el joven enganche marsellés sigue arrastrando problemas en el tobillo –se lesionó en Estambul- y se ha preferido no forzar, con lo que no entró en la convocatoria que dio ayer Eric Gerets. Si es cierto que un partido tan especial podía hacer pensar en que el Olympique intensificaría sus esfuerzos para que Nasri se recuperara a tiempo, el calendario actual invita a la prudencia. Y es que el choque decisivo para el equipo del técnico belga llegará el próximo martes en la Champions en una auténtica finalísima contra el Liverpool.

Los reds estarán muy pendientes del partido de hoy en el Velodrome. No sólo para espiar a su próximo rival, sino también para seguir viendo a Menez, al que muchas informaciones sitúan en Anfield el próximo mes de Enero. No sería un mal fichaje, ya que además reforzaría una de las posiciones que más problemas le está dando a Benítez: la banda izquierda del centro del campo. Jérémy actúa en esa zona en muchas ocasiones, buscando la diagonal hacia el área en una acción muy parecida a la que solía hacer Thierry Henry en sus tiempos del Arsenal. Por su origen parisino –nació cerca de la capital-, su presente monegasco y algunas características de su juego, a Menez le han comparado varias veces con el hoy jugador del Barcelona. Buen regateador con excelente aceleración, su futuro en la selección absoluta parece asegurado, por mucho que aún no haya debutado. Sólo tiene veinte años, pero sus compañeros de generación –Benzema, Ben Arfa y el propio Nasri- le han adelantado en este aspecto.

Menez posee un currículum casi inigualable, con varios récords de precocidad: fue el jugador más joven en recibir el premio de mejor futbolista del mes de la liga francesa y en anotar un hat-trick en el campeonato galo. A los 16 años, su nombre ya salía en los periódicos: el Sochaux le hizo un contrato profesional para evitar que se fuera al Manchester United. Se dijo que Alex Ferguson en persona había viajado hasta Francia para verle jugar y que incluso se había entrevistado con sus padres. Ahora, los red devils también estarían pujando por él, aunque hay quien apunta que Jérémy es hincha del Liverpool y que éste sería el único club inglés por el que firmaría. En poco tiempo tendremos la respuesta. Lo que parece evidente es que dejará de jugar pronto ante un público de sólo 10.000 espectadores.

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