De la OTAN se ha dicho mucho este año, en el que ha celebrado su 60 aniversario. El que nos sirve para calcular cuando fue creada, en 1949, poco después de la 2ª Guerra Mundial. Es decir, se trata de otra de las instituciones que los vencedores de tal guerra crearon para su propio beneficio. Además del pilar económico que les ofrecía el FMI, BM y la incipiente OMC (GATT en aquella época) y del político de Naciones Unidas, la OTAN les aseguraba el componente militar a su estrategia de expansión de las maneras de hacer occidentales, el capitalismo, que poco después se convirtió en neoliberal. Son muchos los ejemplos en que la fuerza militar ha servido para abrir mercados. Sirvan de ejemplo los casos de Bolivia, Chile, Argentina o Brasil, cuando sus dictaduras militares llegaron al poder, con la ayuda, demostrada, de EEUU. La OTAN podemos decir que se ha convertido poco a poco en el ejército de EEUU ampliado. Se dedica a los mismos menesteres de expansión de la influencia estadounidense, que ahora, por respeto a sus aliados, llamaríamos occidental, pero siempre bajo mando norteamericano. O si no, ¿qué explicación tiene la guerra de Afganistan, buscar a Bin Laden? En Irak intentaron que fuera la OTAN quien asumiera la operación, pero finalmente se quedaron sin poder usar el nombre, pero si a buena parte de los ejércitos de sus miembros. La globalización del capitalismo neoliberal ha usado la fuerza militar para su rápida expansión, y lo sigue haciendo con una OTAN cada vez más reforzada. ¿Qué le queda por conquistar después de oriente próximo?