Apuntes peripatéticos

Moriscos

El escritor José Manuel Fajardo nos lo acaba de recordar, y ha hecho muy bien: en septiembre de 2009 cae el cuarto aniversario del inicio de la cruel expulsión final de los moriscos. O sea, del aproximadamente medio millón de descendientes de quienes, en 711, novecientos años antes, "usurparon" a España (Aznar dixit). Y que a la altura de 1609 –¿o alguien en sus cabales lo pondría hoy en duda?– eran tan españoles como los cristianos viejos.

A finales de 1991, en vísperas del quinto aniversario del primer edicto de expulsión de los musulmanes andalusíes (1502), el decano de los hispanistas marroquíes, Mohammad Ibn Azzuz Hakim, fechó una Carta a S. M. el Rey de España Don Juan Carlos I en pro de la reparación del agravio hecho a los musulmanes andalusíes expulsados de España. No sé si se la envió a su destinatario, supongo que sí, pero el hecho es que no tuvo jamás respuesta ni entonces ni después ni, que yo sepa, se comentó en la prensa española. Acabo de releer la carta, con su apéndice documental (Tetuán, 2002). El conjunto es impresionante, casi diría tan impresionante como el auto del juez Garzón en relación con los "niños robados" del franquismo.
Unos meses después de dada a conocer la carta-protesta del distinguido hispanista marroquí, Don Juan Carlos pidió disculpas a los judíos sefarditas en el quinto aniversario de su hostigamiento y expulsión por Fernando e Isabel. ¿Por qué a los sefarditas y no, por el mismo rasero, al aproximadamente medio millón de moriscos arrojados con saña de su patria? Seguiré la semana que viene, pero entretanto me atrevo a pedirle al lector que lea o relea el capítulo 54 de la segunda parte del Quijote (1615). Y que lo pondere.

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