Puntadas sin hilo

Los progresistas fachas

 

 

Podría llamarse progresista facha a aquellos que permanentemente afirman que esto no es una democracia, que dicen que todo es una mierda, que la Guardia Civil tortura, que los jueces son unos prevaricadores, que los políticos son todos corruptos. Es una forma tácita e involuntaria, indirecta pero importante, de inducir al fascismo real. Sus criterios son de una racionalidad muy dudosa, y en tal sentido, ellos sí que hacen pinza con los fachas-fachas de derecha.

No conozco cuál es su ideología, pero ha nacido el objetor de conciencia electoral. Un ciudadano de Elche rechaza ser vocal en una mesa alegando que ‘no vivimos en un régimen democrático’. Debería este joven ciudadano explicar qué es una democracia. En esto, y ya sé los denuestos que voy a recibir, coincide con el famoso lema o eslogan ‘Lo llaman democracia y no lo es’. Pero, como si fueran Rajoy, nunca dicen qué es, se limitan a negaciones y protestas genéricas. Es un simple estar contra el sistema. Tiene que surgir un filósofo, un literato, un político novedoso, que nos informe de qué entienden por democracia. Imperfecta, revisable, corregible, por supuesto, pero democracia. Quien lo consiga, los intelectuales o los ciudadanos más comunes y rebeldes, habrá llegado a la Luna de la organización política de los humanos. Habrán inventado lo imposible, como esas teteras de diseño absurdo con el pitorro de salida del líquido al revés. Porque todos los demás sistemas están inventados hace tiempo. Tal vez inventen la galaxia de la nada, y de la queja y la descalificación como desahogo. Pero, insisto, es un peligroso juego. Una cosa es la crítica por muy dura y feroz que pueda ser, y otra la connivencia irresponsable con el otro extremo.

En todo caso, mi completo respeto al 15-M, aun en su inocencia.  Y mi más absoluto desprecio al cantante Bertín Osborne, quien ha dicho: ‘El 15-M es una soplapollez’. Y también mi repugnancia hacia la candidata del PP al Senado por Ciudad Real, Carmen Fúnez, por haber afirmado: ‘Los indignados no es que estén en paro, es que no les gusta trabajar’.   Es inexplicable que los españoles voten a esta gente tan miserable. Se puede discrepar, pero no vejar.

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Gota del día: Esperanza Aguirre, no se sabe si como premonición para todo el PP, quiere que la gratuidad de los medicamentos sea en función de la renta de los ciudadanos, y no de la edad.  También es partidaria de la supresión de subvenciones a sindicatos, patronal, y partidos políticos. Y asimismo que el Estado no pague los máster universitarios.    

 

 

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