Balagán

Justicia, no; democracia, sí

Asisto a la presentación de un proyecto internacional que pretende reforzar a la vida cotidiana de la población palestina en Jerusalén este. El acto lo organizan la oenegé Oxfam y media docena de oenegés palestinas.

Lo que resulta más chocante es que también se dirige a los asistentes el representante de la UE, John Gatt-Tutter, aunque la UE permanece con los brazos cruzados mientras Israel incrementa su expansión en los territorios ocupados, y particularmente en Jerusalén.

En la última semana se han anunciado varios proyectos de expansión colonial con la aprobación de millares de viviendas en el sector ocupado, en el norte, en el sur y en el este de la ciudad santa. Israel está construyendo a destajo en los territorios ocupados y ha aprobado incluso una autovía que partirá en dos la aldea de Beit Safafa, justo al sur de Jerusalén, dejando la mezquita y numerosos servicios a un lado, impidiendo el tránsito habitual propio de sus vecinos.

La presencia de la UE en la presentación, que tiene lugar en la sala Faysal Husseini del centro cultural Yabous, revela hasta qué punto los europeos mantienen un doble y contradictorio lenguaje con respecto a los palestinos. Les apoyan con dinero en sus proyectos pero les niegan justicia y no hacen nada para impedir la expansión israelí.

Los americanos siguen adelante con sus planes para llevar la democracia a Oriente Próximo, pero no la justicia. Varios de los oradores palestinos hablan repetidamente de democracia. Los americanos pueden sentirse orgullosos de ello. Fue una idea neocón que la administración Obama ha asumido ccmo suya, sin atender a los costes paralelos que conlleva. Los americanos hablan y hablan de democracia pero no de justicia, y lo mismo hace la UE.

Es más, cuando las urnas se abren y los fundamentalistas ganan, los americanos y los europeos los boicotean, como está pasando en la franja de Gaza con Hamas y está empezando a pasar en Egipto con los Hermanos Musulmanes.

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