Balagán

Ola verde

Se acaba de publicar en España "La ola verde", una crónica periodística que describe lo ocurrido en las últimas elecciones presidenciales iraníes de hace cuatro años, justo cuando apenas faltan cuatro días para que tengan lugar las próximas elecciones.

El libro no podría ser más oportuno. Su autor, Témoris Grecko, es un veterano periodista mexicano que cuenta con una amplia experiencia en conflictos, incluidos conflictos de Oriente Próximo.

Es una narración fresca y fluida, agradable de leer, en la que Grecko cuenta lo que ocurrió durante unas pocas y vibrantes semanas en Teherán, tanto durante la votación como durante las protestas que siguieron a los comicios.

El centro de Teherán se llenó de manifestantes que portaban prendas verdes, de ahí el título, que denunciaron un supuesto pucherazo del régimen para proporcionar al presidente Ahmadineyad su segunda victoria consecutiva.

Grecko nos describe vivamente esas jornadas en las que por un momento parecía que la ola verde sería capaz de acabar con el régimen que implantó en el país el ayatola Jomeini en 1979, un régimen islamista que en la práctica apenas tolera las divergencias y aplica una suerte de democracia religiosa que excluye otras corrientes políticas.

Grecko no consigue aclarar si la ola verde fue un movimiento inspirado por la burguesía de Teherán. En alguna ocasión dice que no es así, pero en muchas otras partes la narración apunta en ese sentido. De hecho, el punto de vista de Grecko es casi exclusivamente burgués y escasean las opiniones distintas a los protagonistas de la ola verde.

El periodista mexicano aprovecha exhaustivamente los pocos días que pasó en Teherán para ofrecer un pormenorizado relato de una revolución que al final no cuajó.

Una crítica que tal vez se puede hacer a este libro tan dinámico es que Grecko utiliza siempre una perspectiva racional y occidental, como ocurre con mucha frecuencia en los libros recientes sobre Irán, o en las descripciones de la llamada "primavera árabe", incluso cuando describe fenómenos irracionales, como el de la religión, pero aun así es un texto muy recomendable.

Grecko llegó a la capital iraní como turista y no pudo acreditarse como periodista, de manera que sus peripecias se desarrollan siempre bajo la amenaza de que en cualquier momento puede ser descubierto y deportado. Al final consigue salir de Irán indemne, de una manera rocambolesca.

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