Monstruos Perfectos

En busca de Terenci Moix

"Abril es el mes más cruel". Y la culpa la tienen T. S. Elliot y Terenci Moix, que fue a morirse hizo ya cinco años hace cinco días; la semana pasada –el 2 de abril– se cumplió el quinto aniversario de su muerte mientras yo, sin conocer la efeméride, terminaba de leer Detrás del arco iris. En busca de Terenci Moix, el libro donde Juan Ramón Iborra recogió la crónica de sus últimas conversaciones con el autor para completar la construcción del personaje con una serie de entrevistas, algunos meses más tarde, con quienes estuvieron cerca de él y más lo quisieron (su hermana Ana María, Antonio Gala, Núria Espert, Enric Majó, Maruja Torres o Josep María Benet i Jornet, entre otros).

Un lustro sin Terenci, cuya vida superó con creces la calidad de su olvidable obra. Cuya mejor literatura estuvo en sus memorias –El peso de la paja–,  y que en su últimos años, ya desahuciado, víctima de un enfisema pulmonar y un cáncer de huesos, decidió darle la espalda a la literatura, dejar de leer y dedicarse a colorear fotos de estrellas del cine de Hollywood.

Meses antes de morir, con el cigarrillo entre los dedos, Terenci se abandonó al limbo que ocupa un lugar intermedio entre escritura y realidad; al de las fotografías  de ficción. Como todas las que aparecen cada día en mi vitrina a todo color.

"Detrás del arco iris, los cielos son azules y los sueños que te atreves a tener, realmente se cumplen."

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