Cartas de los lectores

15 de agosto

El miedo de la oposición a Trinidad Jiménez
El PP se ha echado a temblar cuando ha oído que Jiménez va a presentarse a las elecciones de Madrid. Saben que es una de las ministras mejor valoradas y que les podría ganar.
Dicen que debería dimitir de ministra para ser candidata. De todos modos, los populares son los menos indicados para decir qué candidato tiene derecho a presentarse, porque ellos apoyan a acusados de corrupción imputados en delitos en Valencia, Madrid, Palma de Mallorca... No pueden dar ninguna lección de moralidad.
Laura Canales Riaño / Madrid
Las primarias deberían haber sido un ejemplo
Ya se ha hecho oficial la celebración de unas primarias para la elección de la candidatura del Partido Socialista a las próximas elecciones autonómicas en la Comunidad de Madrid.
En principio es una buena noticia, a pesar de que esté un tanto ensombrecida por la sospecha de venir forzada por la intromisión del presidente Rodríguez Zapatero en un asunto que a muchos les puede parecer exclusiva competencia del PSM. Si las primarias estuvieran incorporadas como paso obligado a la designación de candidaturas para cualquier comicio, estas sombras de sospecha no existirían.
Al parecer, en estas primarias solamente concurrirán dos candidaturas: la madrileñista de Tomás Gómez y la presidencialista de la ministra Trinidad Jiménez.
La insistencia de José Luis Rodríguez Zapatero en presentar a Trinidad Jiménez como candidata a arrebatarle el cargo a Esperanza Aguirre puede estar fundamentada en que le ve perfil suficiente para competir con la lideresa y en su actual responsabilidad al frente del Ministerio de Sanidad y Política Social, dos áreas en las que es especialmente mal valorada la actual presidenta de la Comunidad de Madrid.
Pero hay un aspecto que quizá se les escapa a los dirigentes del Partido Socialista: el madrileñismo de Esperanza Aguirre. No es un asunto menor, pues en un sector muy amplio de la población ha calado profundamente. Trinidad Jiménez es malagueña, y no estaría de más que presentara una alternativa convincente al madrileñismo gestual de Esperanza Aguirre si quiere ganarse a un público que se siente madrileño "a mucha honra". Eso sí, sin caer en el esperpéntico disfraz de Pichi con el que nos abochornaron Sebastián y Simancas en su día.
Mario López Sellés / Madrid
Un problema transfronterizo no tan lejano
Al ver la fotografía del rostro mutilado de Aisha, la joven afgana que ha sido portada de la revista Time, y leer que fue su marido quien le cortó la nariz y las orejas como castigo por haber tenido la necesidad y osadía de huir del infierno en el que había sido introducida a la edad de 12 años, no es descartable que se produzca una eclosión de sentimientos de incomprensión, empatía, solidaridad, enojo, rechazo..., pues la imagen refleja una crueldad injustificable.

Manteniéndose ajeno al debate surgido sobre la intencionalidad política del medio de comunicación, es obvio que prácticas de esta naturaleza sólo pueden aducirse desde posiciones contaminadas por el tóxico de la inhumanidad, cuya presencia, desgraciadamente, puede detectarse en cualquier lugar.
En lo que va de año, ¿cuántas mujeres han sido brutalmente agredidas o asesinadas en España por sus parejas?
Alejandro Prieto Orviz / Gijón (Asturias)

Amar como dios manda
Yo pensaba que Dios, en caso de existir, andaría muy preocupado por las terribles injusticias y de-
sigualdades que asolan a la humanidad. Pero resulta que su orden de prioridades es otro, y lo que verdaderamente inquieta al altísimo es la degradación moral y sexual en la que retozamos algunos, empeñados en saltarnos el patrón heterosexual y amar libremente a quien se nos antoje.
Que Dios tenga problemas con el amor libre no debería extrañarnos. Al fin y al cabo, parece que se trata de un tipo solitario cuya omnipotencia le vacuna contra las pasiones terrenales. Pero son sus ministros y predicadores, gente carnal aunque con un alto grado de represión, los que están empeñados en curar todo aquello que, desde su óptica, perciben como una desviación. Me refiero a esa mirada cicatera y carente de piedad con la que, en nombre de sus dioses, unos individuos estigmatizan a otros por nimias diferencias.
Es la capacidad de amar lo que nos hace humanos. Y son los que tienen dificultades para hacerlo los que debieran someterse a una terapia intensiva. Ese es el trastorno real que tendrían que tratarse. Pero me temo que esa aridez en el alma no tiene remedio...
Aún no se ha inventado el fármaco capaz de dominar la intolerancia y vencer a la estupidez. Este es el auténtico reto al que se enfrenta la comunidad científica y toda la sociedad en general.
Ana Cuevas Pascual / Zaragoza

Camps y sus propios símbolos de identidad
La última ocurrencia del Gobierno valenciano, que preside Francisco Camps, ha sido montar un acto de exaltación a las actividades taurinas con fastos y cenas a cargo del erario público. Por si no ha sido bastante patética su imagen intentando lavar sus pecados en el Camino de Santiago, ahora le vamos a ver con capote, montera y banderillas para defender una práctica bárbara, salvaje y cruel que sólo apoya una minoría en la Comunitat Valenciana y de la que se benefician un par de empresas, que son las que hacen negocio. Y esto lo hace después de llevar años atentando contra las auténticas señas de identidad de los valencianos, ya que ha arrasado paisajes y espacios naturales como la huerta; tiene abandonado la mayor parte del patrimonio arquitectónico; pretende arrasar barrios históricos como el Cabanyal; y un largo etcétera. Es decir, Camps desprecia las auténticas señas de identidad de los valencianos.
Xavier Mayoral Croche

Más Noticias