Cartas de los lectores

16 de agosto

Racismo contra los gitanos en Europa
Con diferentes métodos, todos los gobiernos europeos siguen discriminando, atacando y expulsando a los gitanos. Meses atrás, nos avergonzamos de la Italia de Berlusconi al permitir la caza y captura de gitanos por quienes detentan el poder social allí: las mafias. Ahora, nos enteramos de que –con autorización de Nicolas Sarkozy– se han desmantelado más de 40 campamentos gitanos en el país vecino, mientras en el resto de Europa se mueven entre la indiferencia general o la discriminación evidente.
Asistimos a un momento en el que se justifica la iniquidad con lógicas apelaciones a las leyes y normativas vigentes. Hoy, para la sociedad que queremos, hay cosas que no se deberían permitir. Utilizar a una minoría perseguida como chivo expiatorio ha sido algo recurrente a lo largo de la historia, pero es hora de mirar hacia delante, porque hacia atrás ya hemos mirado bastante.
Javier Lacomba de Maruri / Valladolid

Camps y su ‘defensa’ de los toros
Algunos de los defensores de las corridas de toros han perdido el norte. Entre ellos, Francisco Camps, que va a organizar próximamente un gran acto a favor de la tauromaquia.
Para el Ejecutivo de Camps, los espectáculos taurinos son una seña de identidad del pueblo valenciano. Pero los que defienden las corridas de toros no están en situación de reivindicar nada, puesto que son ellos quienes intencionadamente organizan un acto donde un toro es encerrado y herido brutalmente con lanzas y espadas durante unos 20 minutos de tortura salvaje.
Los únicos perjudicados en este asunto son los animales, que son torturados en los diversos actos taurinos que se celebran en España. Y puesto que los toros no tienen capacidad para quejarse, lo deben hacer quienes consideran que estos eventos son una salvajada incompatible con la racionalidad propia de la especie humana.
MANUEL PERIS VIDAL / VALENCIA
Las primarias de la discordia
Qué difícil resulta para una persona que piensa y siente socialista cuestionar algo tan esencial a la democracia como es la participación de los militantes de un partido en la elección de sus candidatos. Sin embargo, ese elemento esencial de democracia interna requiere unos requisitos: imparcialidad por parte de las estructuras o aparatos, cerrar el paso a los arribistas dar el ejemplo a la sociedad de que un partido que se atreve a hacer primarias es un partido seguro y fuerte en el que se puede confiar.
Si tanto Tomás Gómez como Trinidad Jiménez nos demuestran que son capaces de jugar limpio, de recordarnos que los políticos son vocacionales, honrados y no aves de rapiña, no sólo habrá salido ganando el Partido Socialista, sino el conjunto de la sociedad, harta y decepcionada del desapego de los políticos por la política de verdad, aquella que no hace ricos pero sí hace progresar a un país. Así sea.
María Eugenia Bolaños / Madrid

Basta ya de cortinas de humo
¿Hasta cuando vamos a consentir los españoles los insultos y descalificaciones del Partido Popular al Gobierno del PSOE, elegido democráticamente en las urnas?
Hemos asistido a otra salida de tono de Esteban González Pons, diciendo que no tenemos ministro de Asuntos Exteriores y que nos tenemos que valer del rey para recomponer las relaciones diplomáticas con Marruecos. Se le olvida de que fue el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, quien recompuso dichas relaciones, deterioradas por la soberbia del ex presidente José María Aznar con su famoso asalto a mano armada del islote Perejil.
Basta ya de cortinas de humo para enmascarar sus numerosos casos de corrupción. ¿Dónde esta su famoso código ético?
GUILLERMO SáNCHEZ LUDEÑA / MADRID

Las abstenciones del PP y los fallos de los sindicatos
Los sindicatos y el PP van de la mano en sus críticas a la Ley de Reforma Laboral del Gobierno. Los primeros, UGT y CCOO, que después de dos años de negociaciones han sido incapaces de llegar a acuerdos. El PP, después de dos años reclamando la reforma, no sólo se abstiene, sino que critica el trabajo del Gobierno, que no ha tenido más remedio que hacer los deberes de sindicatos y empresarios, supliendo la falta de ideas de ambos. Los sindicatos no ven que la situación es otra y otros los culpables de la crisis, pero ante esto nadie ha dimitido.
La posición del Partido Popular es la esperada: reclama la necesidad de la ley y, cuando esta llega, hace mutis, se abstiene. Ha actuado como es habitual. No sólo en este tema, sino en todos, calla; consiente actuaciones dudosas en sus dirigentes; critica al Gobierno; insulta al Rodríguez Zapatero, nunca ha presentado opción de mejora alguna y, como los sindicatos, de dimisiónes nada. Ni los unos ni los otros han evolucionado. Ambos siguen en sus arcaicas ideas y están obsoletos.
José María Martínez / Madrid

Un insulto a las instituciones y a los ciudadanos
Cuando el PP acusa al ministro del Interior por investigar a miembros de su partido por graves delitos de corrupción o su portavoz en el Congreso recrimina a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad el aplicarles la "pena de telediario" al practicar las diligencias propias del caso, o que se utilizan a las instituciones del Estado contra el PP, ¿qué nos están diciendo en realidad? Que miremos para otro lado, que la corrupción es intrínseca a las instituciones, como pontifica Aguirre, y por lo tanto que lo dejemos correr.
Cuando achacan al juez Castro de Baleares animadversión hacia el Partido Popular, a pesar de la ristra de casos de corrupción actuales, lo único que están diciendo es que en Madrid o Valencia los jueces investigan menos porque son más amiguetes y comprensivos con su manera de entender los delitos y quien los comete.
Maximiliano Lasén Paz / Valdemoro (madrid)

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