Cartas de los lectores

18 de agosto

Las marcas blancas pueden ser mejores
Esteban González Pons, vicesecretario de comunicación del Partido Popular, ha tenido la ocurrencia de decir que Trinidad Jiménez es la marca blanca de Zapatero. No es el presidente del Gobierno el único que tiene ocurrencias, según afirma el PP. Las ocurrencias se encuentran al alcance de todos. Es injusto decir que Jiménez sea una marca blanca.
Las marcas blancas son de distribuidores, genéricas, consideradas de menor categoría que las de los fabricantes. Sin embargo, esas marcas blancas son, con mucha frecuencia, de la misma calidad que las otras, solo que resultan más baratas porque se ahorran con ellas los gastos de publicidad y promoción. En este país se piensa que lo caro es bueno y lo barato es malo. Pero el plan consiste en arañar la mayoría absoluta a Esperanza Aguirre y, seguramente, Jiménez tiene las uñas tres veces más afiladas que Gómez.
Antonio Nadal Pería/ Zaragoza
Cuidado con las notas discordantes
La celebración de elecciones primarias es todo un canto a la democracia interna y, de paso, también son utilizadas para depurar y eliminar a ciertos elementos discordantes o áltamente molestos que existen en el seno de los partidos políticos. Este es el caso del secretario general de los socialistas madrileños, Tomás Gómez, que puede ser derrotado por la ministra de Sanidad, Trinidad Jimenez, en las primarias socialistas a la Comunidad de Madrid.
El no haber acatado en su momento la sugerencia de José Luis Rodríguez Zapatero de presentar su retirada voluntaria de la contienda supuso un atentado en toda regla a la disciplina del partido, y tal actitud no se tolera en la vida política de nuestro días. Una parte considerable de los apoyos a Tomás Gómez son ficticios; auténticas milongas, puesto que ninguno se arriesga a perder su posición de privilegio, y menos en las circunstancias actuales en las que se encuentran la política y la economía españolas.
José-Tomás Cruz Varela
Mayores impuestos con idénticos sueldos
El ministro de Fomento, José Blanco, esta vez asumiendo la portavocía económica, ha tenido a bien salir a la palestra dejando caer, en medio del presente periodo estival, que abre la puerta a un incremento fiscal para que luego no pueda coger por sorpresa a nadie de cara al próximo año. Hace hincapié el ministro Blanco en que procede equipararnos a los impuestos del resto de los países  europeos, dado que los nuestros son menores, olvidándonse de igualarnos a estas potencias –como correspondería en un modelo justo y razonable– en sueldos, condiciones laborales y prestaciones sociales. Sin embargo, no hace mención a si esta medida afectará solamente a las rentas más altas o, por el contrario, a todos los ciudadanos. Y como suele suceder, al partido de la oposición le ha faltado poco para dar esta última versión como segura.
Mar Sánchez Ramos /Zaragoza

Quieren gobernar a toda costa
Leyendo la prensa observo cosas que me intranquilizan terriblemente: un edil del Partido Popular de Tenerife es destituido por revelar irregularidades; dos de los 40 imputados del PP de Baleares desean ser candidatos; Hacienda confirma que en el caso Gürtel ha habido pagos de los trajes valencianos mientras Francisco Camps se autoproclama candidato; en Alicante, otros miembros del PP son investigados por el asunto Brugal de las basuras; en Asturias, otro edil del PP dimite por no prestar ayuda a un atropellado; el presidente de todos ellos predica con el ejemplo incumpliendo las norma de circulación; y otro que fue presidente, pero de España, nos dice que al él nadie le impone las copas que ha de beber antes de conducir, ni a qué velocidad lo debe hacer. Con estas joyas de políticos y dirigentes, espero que los votantes no permitan que estos políticos, ni su partido, vuelvan a gobernar España. No es bueno que un solo partido se perpetúe en el poder. La alternancia es buena, pero siempre y cuando la alternativa sea seria, sensata, con ideas y sentido de la responsabilidad, cosa que no ocurre en el PP.
José María Martínez / Madrid
¿Qué está pasando con la tierra?
Está ya más que clara la necesidad de que el G-20 (o Naciones Unidas) organicen más cumbres sobre el clima, pero con el fin de llegar a conclusiones más fructíferas a las que anteriormente han llegado en las fallidas reuniones celebradas hasta la fecha. Deben dictar normas para, de modo efectivo, poder detener el avance del cambio climático. Hace falta una mayor conciencia por parte de todos, la disminución de los gases que desprenden los automóviles en la circulación diaria y buscar energías alternativas que reduzcan los altos índices de contaminación de las principales ciudades para evitar así el tan temido calentamiento global y las catástrofes naturales que estamos sufriendo.
Mª Carmen Fernández Bañuls /Sevilla

Imitar a Europa
Hace años que somos miembros de hecho y de derecho de la urdimbre económica, política y social de Europa. La entrada en la zona euro fue digna. Estuvimos a la cabeza de los países desarrollados y nuestra economía respondía a una solvencia inusitada.
Últimamente, en cambio, homologamos de Europa aquello que comporta mayor presión fiscal. Sin embargo, no imitamos sus horarios laborales, que permiten la conciliación familiar y la igualdad de oportunidades mejorando la calidad de vida del ciudadano; no copiamos la responsabilidad que acrecienta la producción y salvaguarda la economía; y ni siquiera reparamos en promover una educación cimentada en el esfuerzo como punto de partida y valor elemental.
España debería equiparse a las grandes potencias europeas, pero tomando también los elementos positivos como referente principal.
vicente franco gil / zaragoza

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