Cartas de los lectores

15 de marzo

El tsunami de Wisconsin
Mientras nos estremecemos por la devastación que sufre el pueblo japonés, otros tsunamis siguen abiertos por los grupos de poder. Parece mentira que no haga falta la acción de la naturaleza para causar tantas desigualdades, miserias y penurias en el prójimo. Estamos sumidos en una gobernanza donde los intereses de unos pocos someten al resto a la gran ola de nuestra decadencia existencial.
La reconversión, lejos de buscar una sociedad de iguales, pretende esclavizarnos a gobiernos tutelados por los bancos y los grandes operadores bursátiles.
En este sentido, el gran país de los sueños, EEUU, acaba de lanzar las primeras piedras contra los funcionarios públicos. El gobernador de Wisconsin no ha tenido reparos en ejecutar un golpe de Estado institucional valiéndose para ello de todas las artimañas legales a su alcance. Su mala fe, por supuesto, será un éxito provisional.
Luis Enrique Dorado Madrid

Los 110-140 kilómetros de manipulación
Actualmente, hay en España una grave crisis económica y política, casi cinco millones de parados y el doble de pobres, mientras otros millones se ahogan con hipotecas que les esclavizan de por vida. Por otra parte, quienes deberían reencauzar la situación están desprestigiados como nunca, en el Gobierno o en la oposición, por su incapacidad y corrupción. Y por si todo esto fuera poco para preocuparnos, a pocos kilómetros de nuestras fronteras, múltiples países luchan contra la tiranía, incluso llegando a la guerra civil, además de las guerras abiertas o larvadas en muchas otras regiones, como en Oriente Próximo. Además, la crisis y las miserables especulaciones financieras aumentan aún más las personas que sufren hambre.
Sin embargo, lo que preocupa a muchos, y ha sido objeto de manifestación este domingo en Madrid, ha sido el tema de los límites de velocidad de los automóviles en las autovías, sobre lo que no voy a discutir para no contribuir al éxito de ese vergonzoso espantajo.
Alfredo Díaz Delgado Madrid

Paradojas de conversos y corruptelas
Durante 40 años hicieron coro al dictador cuando decía que no estábamos preparados para la democracia. Una vez muerto se hicieron –milagrosamente– demócratas de toda la vida. Fundaron Alianza Popular, aunque más tarde se refundaron en Partido Popular. Cuando ganan elecciones dicen que el sistema funciona, cuando las pierden es como consecuencia de conspiraciones: España se rompe y las trompetas del apocalipsis no dejan de sonar. La última –y es que los conversos nunca dejan de sorprender– es que el voto de los ciudadanos supone la absolución de todos los delitos (delitos que, por milagros de los ritmos judiciales que les tocan, pasan de presuntos a prescritos; recuerden el caso Fabra y observen el caso Camps) que hayan podido cometer. Lo que no acabo de comprender, si hablamos de corruptelas que tienen que ver con dinero público, es que muchos de estos ciudadanos expoliados premien con su voto a los mismos que, presuntamente, les han vaciado los bolsillos. No es lo mismo sufragio universal que todos sufraguemos su corrupción.
Manuel Caamaño Mariño Madrid

La vara de medir los casos de corrupción
La vara de medir del PP es distinta según el caso. Ahora, el PP pide dimisiones en Andalucía por los ERE cuando el Gobierno andaluz está dando explicaciones y facilitando datos para la aplicación de la justicia. Pero el mismo PP no quiere saber nada de lo que ocurre en Valencia, Madrid y cientos de sus ayuntamientos, y no dice nada de sus dirigentes incursos en procesos judiciales. No dice que hay bolsillos con dinero del contribuyente, que se ha pagado alguna boda y bastantes convenciones con el mismo dinero. El PP no echa a nadie, defiende a sus muchachos y entorpece la aplicación de la justicia. Sólo hay que ver lo que ha ocurrido en Castellón, donde Fabra ha eludido la justiciapor prescripción provocada de los delitos y además se mofa al presumir de que se ha burlado de la justicia por su lentitud. Ya está bien. Esto es reírse de los ciudadanos y utilizar las instituciones públicas para provecho propio.
J. M. Redondo Segovia

Podía haber sido mucho peor con las pensiones
La congelación de las pensiones no es un plato de buen gusto, pero no debemos olvidar que podría haber sido mucho peor. Basta con hacer un repaso de la situación de las pensiones en este país tras los años de mandato de Aznar, cuando, según él, España iba bien y las pensiones se actualizaban raspando el IPC. Cuando Zapatero llegó al poder y la situación económica del momento lo permitía, dio un impulso enorme a las pensiones mínimas contributivas, que a lo largo de estos años han mejorado ostensiblemente con una subida del 80% en algunos casos y cerca del 30% las mínimas en caso de viudedad. ¿Cómo nos sentaría esta congelación actual si se hubiese continuado la ruta de Aznar?
Todos entendimos entonces que, si el Estado tenía posibilidades, los ciudadanos teníamos derecho a disfrutarlas, pero en cambio ahora, cuando se nos pide un necesario sacrificio, gruñimos y protestamos. ¿Se imaginan la situación de las pensiones si hace tres años hubiese ganado las elecciones Rajoy y su segundo, Pizarro, las hubiese privatizado, como prometió en su campaña? Es probable que se hubiesen ido al traste con la crisis económica mundial.
Eduardo Gonzalo Ugarte Madrid

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