Preocupación
Me preocupa la ventaja que la derecha obtiene de su invitación a desideologizar la política, su perversa consideración de que el peso de los votos es agua que purifica todos sus pecados a los políticos corruptos. Me preocupa que cale su mensaje, el de que todos los políticos son iguales (sabedores de que ello redunda en una desafección hacia la política en las filas progresistas). Me preocupa que su medida estrella contra la crisis sea pagar menos impuestos y que, apelando a nuestro egoísmo, nos hagan olvidar que con ellos se financian nuestros derechos a una sanidad y educación públicas.
Claro que debemos sentirnos interpelados por este movimiento social que reclama una democracia más participativa, superando esa visión del papel de la ciudadanía que se reduce a la elección de las élites gobernantes, y espero que la lucha no decaiga. Pero porque no es mejor vivir contra la derecha, creo que hoy toca ir a votar.
Francisco Javier Hernández Agúndez

Ni rastro del conformismo ‘ni-ni’ en la revolución de Sol
Hacía muchos años que no me sentía tan reconciliado con la humanidad como ahora en la Puerta del Sol. Día a día, los jóvenes mejor preparados de nuestra historia están organizando la revolución española del siglo XXI. Y van a salir triunfantes porque son más cultos, más libres, más generosos, más inteligentes y más valientes que los miembros de la generación que los gobierna, esos que han perdido prácticamente toda su credibilidad política. Van a salir triunfantes porque saben resolver esta ecuación que para la clase dominante es un inescrutable arcano. Van a salir triunfantes porque son dignos del destino que anhelan y sus gobernantes no. Van a salir triunfantes porque saben dominar la violencia de sus gobernantes con la capacidad de seducción que atesoran, forjada en el conocimiento, el esfuerzo, la generosidad, la grandeza de miras.
Todas las grandes virtudes que han ido cosechando en un país que, a pesar de sus muchos defectos, ha conseguido zafarse de su peor esclavitud: la mojigatería milenaria. Somos un desastre de padres pero los hijos nos han salido hasta guapos. Son lo mejor que ha pisado este país en muchos siglos.
Mario López Sellés
Madrid

Un paso hacia la democracia real: las listas abiertas
Creo que un paso hacia la verdadera democratización sería el sistema de listas abiertas en todas las elecciones de forma que se puedan votar a personas de distintas formaciones políticas.
Con ello podríamos eliminar a los corruptos, los irresponsables, los insultadores, los que nos toman por tontos, los incompetentes, etc. De esta manera, se responsabilizaría a los diputados y concejales, no sólo en las votaciones en las cámaras correspondientes, sino que se verían obligados a tener un mayor contacto con sus electores. Los partidos se pensarían las cosas antes de formar las listas de sus candidatos y de tomar una decisión sin tenerlos en cuenta. También de alguna manera se paliarían los efectos de la Ley D’Hont.
Pedro Gómez Palacios
Torrox Costa (Málaga)

Una vez que los presos
han cumplido su condena
La sociedad española, después de más de tres décadas de democracia, debería haberse dotado de herramientas suficientes y eficaces para propiciar la reincorporación ordenada de todos los condenados, terroristas o no, a la vida cotidiana después de cumplir su condena, por muy aberrantes que hayan sido los delitos cometidos. En un Estado de derecho, la legalidad es irrenunciable.
Además, tenemos obligaciones morales con los condenados, que todavía no se asumen colectivamente; no podemos limitar por la fuerza los intereses, las motivaciones y las capacidades de nuestros conciudadanos durante espacios temporales prolongados (de hasta 40 años), y además seguir dudando sistemáticamente de su capacidad para reiniciar la vida cotidiana sin delinquir.
Ojalá estos días de confusión sirvan para conseguir, además de la paz en el País Vasco, mejores atenciones y condiciones de vida en nuestras cárceles, porque la sociedad española empiece a comprometerse con los presos durante el cumplimiento de su condena y, lo que es más importante, cuando alcancen la libertad.
Luis Fernando Crespo / Alcalá de Henares (Madrid)

Europa desaprovecha
una oportunidad
No se puede hacer una Europa de pequeños reinos sin renunciar a pequeños caprichos y privilegios particulares. Para poder ser motor en este mundo, para tener peso político, moral y económico, es necesario tener grandeza de miras.
Europa debía haber aprovechado las protestas y revueltas por la democracia en los países del norte de África para seguir creciendo.
Europa necesitará pronto gente joven, trabajadores, y no hemos sabido aprovechar la ocasión para crecer, trabajar para convertirnos en una futura Unión Euromediterránea.
Esto debe de ser demasiada altura de miras pues, muy al contrario, su gestión de la crisis consiste en permitir que sus estados cierren sus fronteras y volvamos atrás en la libre circulación de sus ciudadanos, el Tratado de Schengen.
¿Cualquier Estado puede actuar saliéndose de lo acordado sin pagar ningún precio? ¿Dónde está la justicia social, la ética, el civismo, la moral y el humanismo de la vieja Europa?
Europa está en la UCI. Al menos la que algunos soñamos, quizás por la miopía de sus dirigentes.
Ángel Villar / Madrid