Cartas de los lectores

6 de mayo

Republicanismo
A pesar de que estamos ya en pleno siglo XXI y de que nuestros vecinos europeos son repúblicas, la monarquía sigue siendo en España la institución más apreciada. ¿No tendremos parte de responsabilidad los mismos republicanos? ¿No hemos colaborando inconscientemente a hacer creer que la república es algo del pasado, un fenómeno propio para homenajes fúnebres?
La misma exaltación que acaba de hacer Alfonso Guerra de la II República como una época óptima e irrepetible, ¿no es un regalo envenenado, un llamamiento a quedarse en meras palabras, dado que no podríamos ni llegar a aquel mítico nivel? La exigencia de que el color político y hasta de la bandera de una tercera república tendría que ser como el de la segunda, ¿favorece a atrasar aún más la aceptación de la república por la conformista ciudadanía?
José María Heras Muñoz

Madrid

El libro solidario
Me parece muy bien la Campaña Anual del Libro Solidario en la Comunidad de Madrid, pero me asombra que en la capital se ponga, y como día único, el 2 de mayo, fecha en la que la mayoría de sus habitantes están fuera o se desplazan menos al único lugar del centro de la ciudad donde se recogen los donativos. Mucho más racional me parece la actitud de Alcalá de Henares, donde se puede donar durante tres días laborables y en ocho bibliotecas distintas, o en Fuenlabrada, también tres días y en cinco bibliotecas.
Sugiero que se extienda dicha campaña a una semana y a partir de un día de apertura igual para todos los municipios, a fin de que el público tenga tiempo de planificar el momento de entrega de sus donaciones. Todo esto permitiría alcanzar cifras de donaciones muy superiores a las actuales.
Josefa Ortega Oliar

Madrid

Cambio climático
Es posible que el Gobierno esté diseñando estrategias para prevenir el cambio climático o para luchar contra sus efectos, pero en la empresa pública FEVE (Ferrocarriles Españoles de Vía Estrecha) no parecen seguir esas directrices.

Frente a la conveniencia de potenciar el tren de cercanías como medio de transporte entre poblaciones poco distantes, tanto por motivos económicos (ahorro energético) como ambientales (alternativa a los combustibles fósiles) y sociales (integración de poblaciones), esta empresa ha optado por restringir los servicios que presta en la línea que une Santander con Cabezón de la Sal, una de las más utilizadas en España. Con la excusa de potenciar el servicio entre Torrelavega y Santander, que era necesario, ha suprimido hasta diez paradas diarias en estaciones de gran afluencia (Bezana y Mogro), llegando a generar franjas de una hora de duración en las que no hay servicio.
El resultado, además del malestar entre los viajeros por haberse realizado el recorte sin previo aviso (se anunció el día antes de su entrada en vigor), es el hacinamiento en muchos de los viajes, la vuelta a la utilización del coche por muchas personas usuarias y, en suma, un empeoramiento del servicio a la ciudadanía.
Con políticas de transporte como la seguida por FEVE, los grandes discursos sobre iniciativas para frenar el cambio climático y mejorar el transporte público no dejan de ser meras intenciones. Quizá los ministerios de Fomento y Medio Ambiente (que también lo es del Medio Rural) deberían actuar para evitar que núcleos de población que utilizan el tren de cercanías para acudir a las ciudades queden mal comunicados por este medio y opten por el vehículo privado.
Luis Cordovilla Molero
Santa Cruz de Bezana (Cantabria)

Democracia y resignación
El gran escritor Eduardo Galeano es uno de los más lúcidos críticos del sistema democrático que hoy impera en el mundo y que Estados Unidos está empeñado en imponer allí donde tiene intereses económicos. Galeano contaba que cierto día escuchó a un cocinero que un día había reunido a las aves, a las que les preguntó con qué salsa querían ser comidas. Una humilde gallina dijo: "Nosotras no queremos ser comidas de ninguna manera". Y el cocinero aclaró: "Eso está fuera de la cuestión".
Entiende Galeano que vivimos en un mundo organizado de tal manera que tenemos el derecho de elegir sólo con qué salsa queremos ser comidos. Nuestros gobiernos están regentados por el Fondo Monetario Internacional, el cual, a su vez, está gobernado por los cuatro países más ricos del mundo, que son, también, los que dirigen las Naciones Unidas, ejerciendo el derecho de veto en el Consejo de Seguridad. Es decir, los cinco gobiernos que gobiernan al resto de los gobiernos del mundo son los garantes de la paz y los principales fabricantes y traficantes de armas.
Efectivamente, está fuera de la cuestión si queremos o no ser comidos. La democracia neoliberal consagrada como el único sistema legítimo del que dispone la Humanidad para gobernarse nos garantiza en primer lugar y sin posibilidad de réplica que vamos a ser comidos. Cuando vamos a las urnas, lo único que hacemos es decidir con qué salsa nos van a comer: la nacional católica o la laica progresista. Encima, sólo tenemos dos salsas. Y presumimos de gastronomía.
Lo que me importa realmente es si hay alguna posibilidad de reconducir la situación actual y dejar de resignarnos a ser mera vianda del gran poder. ¿Es posible esto desde el marco legal actual, incorporando a las Cortes Generales voces parecidas a las de Eduardo Galeano, Ramón Chao, Adolfo Pérez Esquivel, y hacer un último esfuerzo para lograr que el Parlamento sea realmente la sede de la soberanía popular y no, como lo es en la actualidad, la sede de la soberanía del FMI? ¿Es posible que la prensa se convierta en un verdadero ariete que rompa los muros de la prisión en la que ahora se encuentra encerrada la esperanza de los humildes?
Si para las dos preguntas no hay respuesta positiva, sólo se me ocurre la posibilidad de unirme al movimiento bolivariano del tan injustamente denostado presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
Mario López Sellés

Madrid

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