Cartas de los lectores

1 de agosto

Otra manera de caminar junto al 15-M
El pasado 23 de julio varios vecinos de Moratalaz marchamos con los indignados procedentes de toda España. Por el camino surgían los ya célebres cantos: "¡Que no, que no, que no nos representan!" , "¡Lo llaman democracia y no lo es!". Durante todo el recorrido fuimos cantando los eslóganes del Movimiento 15-M. Llegamos finalmente a Sol, donde ya la plaza estaba totalmente abarrotada. Los saludos y los cánticos se volvieron a repetir "Que no, que no....".
Estamos entusiasmados con este movimiento que está renovando la política en España y ha pillado a toda la clase política. Su lucha por una sociedad más justa e igualitaria, la lucha contra el paro, los contratos basura, la reforma de la ley electoral, su lucha contra los desahucios y contra la corrupción nos reconcilia con la gente joven y nos anima a apoyarles, pues de ellos es el futuro.
Fermín Conesa Marinela
Madrid

Imágenes irreales en la educada Europa
No puedo dejar de mirar la serie de fotos del criminal noruego publicadas en este diario. Lo veo vestido con diferentes uniformes militares y en uno de esos retratos incluso ya está listo para la acción, apuntando con un rifle de precisión. Me parece irreal, o tal vez simplemente me cueste creer que el asesino de tantos inocentes sea un ciudadano real de nuestra vieja y educada Europa.
La cabeza me da vueltas al leer los cruentos detalles de la infame masacre de Oslo y la isla de Utoya. Luego me pregunto: ¿por qué a todos los salvapatrias les da por lo mismo? Es decir, erigirse alegremente en jueces de las vidas ajenas. Todos estos fanáticos siempre apelan a pomposas palabras como honor, valor, patria... Pero ¿dónde está el honor o el valor en poner un cobarde coche bomba?, ¿dónde está el honor o el valor en asesinar a jóvenes adolescentes desarmados que están de acampada?
Ramón lópez Bello
Madrid

Los sin techo también
tienen derechos
Recientemente, una ambulancia atendió a una persona sin hogar en mi barrio. Pernoctaba en un banco del parque, tenía 66 años de edad y los pies con erisipela. Decidieron llevarle al hospital Gregorio Marañón. Le pregunté al médico si cuando saliera sería alojado en algún centro y me contestó que llamara al Samur Social. Así lo hice, y la respuesta fue que imaginaban que desde el hospital les llamarían.
Al día siguiente, este señor estaba durmiendo en el mismo banco de siempre, orinado, con los pies vendados, sin ropa limpia y sin ningún tipo de calzado. Su informe de alta del hospital Gregorio Marañón especificaba la medicación y cuidados que requería, como, por ejemplo, extremar la higiene. Tenía que hacerse las curas en el hospital de San Chinarro, a donde se suponía que debía ir por sus propios medios, con los pies vendados, sin calzado, con la maleta con sus pertenencias... Este señor, que durante toda su vida ha trabajado hasta que por diversas circunstancias ha acabado en la calle, sigue teniendo una dignidad y unos derechos. ¿Quién es responsable de que le dejaran tirado como a un perro?

Hace más de dos años que soy voluntaria social atendiendo a personas en la calle y no es la primera vez que me encuentro algo así. ¿Acaso esto se justifica con que no hay recursos suficientes, con que cada vez hay más personas en la calle?
Carmen Arnanz Villalta
Madrid

Una pregunta para Mariano Rajoy
Francisco Camps, expresidente de País Valencià, debe de ser un político altamente competente y plagado de valores éticos tanto en su persona como en su bagaje político. Lo dicen nada menos que Federico Trillo, María Dolores de Cospedal, Soraya Sáenz de Santamaría, Javier Arenas, Cristóbal Montoro y un larguísimo etcétera.
Dado que el broche de oro lo pone Mariano Rajoy, vaticinándole un gran futuro en este país, demostrada su límpida credibilidad sociopolítica y personal, la pregunta que le plantearía a Rajoy sería, en líneas generales, si cuando sea presidente de España, ¿estará Francisco Camps en su agenda como titular de alguna cartera ministerial? Exigimos respuestas.
Domingo Pallarés Teruel
Chiclana (Cádiz)

La contaminación y las pequeñeces de la política
La contaminación que sufre la ciudad de Madrid es perfectamente visible desde las afueras. Se le llama familiarmente "la boina". Los castizos somos así: trivializamos lo serio para que la sangre no nos hierva, para no perder la razón por haber perdido las formas. La concejala de Medio Ambiente y número dos del Ayuntamiento de la capital, Ana Botella, ha dicho que no sabe si la contaminación es mala o no –si ella no lo sabe, ¿por qué no se lo pregunta a los expertos?–.
Es decir, su desconocimiento del tema nos lleva a que el hecho de haber incumplido la media de dióxido de nitrógeno fijado por ley no sea preocupante. Claro, por eso va en coche oficial a la peluquería, si no habría cogido el transporte público.
Siempre estamos preocupándonos por la prima de riesgo, la deuda, las personas desempleadas, el sacrificio de Francisco Camps, la pena de Rita Barberá, la sanidad, la educación, el futuro de nuestros hijos .... Pero todo esto son pequeñeces. Lo importante es demostrar ignorancia ante un tema fundamental para que los altos cargos puedan coger los coches oficiales para ir al supermercado y a la peluquería. Porque sólo les falta decir que sus coches contaminan menos.
Jaime Guallart
Madrid

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