Cartas de los lectores

31 de julio

¿Cómo explicar el Cuerno de África?
Habría que encontrar alguna explicación para que más de once millones de personas estén amenazadas por el hambre tras las tres cosechas más grandes de la historia. La sequía, la pérdida de ganado, el precio de los alimentos básicos... Quizás habría que rebuscar más y aceptar el fracaso de la gobernanza mundial a la hora de asegurar uno de los derechos más básicos: alimentarse. La cuestión ya no es la falta de recursos sino la falta de derechos. Pero no hay tiempo para el lamento: hoy, ahora, tenemos que transformar nuestra indignación en algo concreto. Hay que salvar a los niños, los más afectados, pero también hay que trabajar de cara a la próxima siembra y lo de después. La desnutrición aguda, que mata cada día a 10.000 niños, es una enfermedad hoy en día diagnosticable, prevenible y tratable. El problema es que, para curarla, antes debemos curarnos de una enfermedad mayor: nuestra indiferencia.
Amador Gómez / Director Técnico de Acción contra el Hambre

Sobre la intervención
de Caja Mediterráneo
Otra caja más que es intervenida, otra gestión que ahora será analizada con lupa. No hace falta ser un avispado analista financiero para darse cuenta de que muchos de sus males están ligados al ladrillo. Ladrillo boomerang que, en su viaje de ida, genera beneficios y plusvalías fantásticas, pero que cuando vuelve va dejando un rastro de ruina a su paso. Todo esto unido a la megalomanía de sus consejeros: Terra Mítica en el caso de la CAM, o el aeropuerto Ciudad Real en el de Caja Castilla-La Mancha, dan como resultado unas cajas con respiración asistida (por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria).
La crisis nos está dejando imágenes desoladoras de paro, embargos, deshaucios e intervenciones ligadas al sector inmobiliario, pero para el concejal de urbanismo de Toledo, Javier Nicolás, la solución al paro la traerá la construcción de PAU. ¿No quieres caldo? Pues toma dos tazas.
José María García Diago
Barcience (Toledo)

La crisis es económica,
pero sobre todo es política
Sigue creciendo la histeria económica. Ya no quiebran grandes empresas, sino países enteros. Se habla de contagio, de riesgo para el euro y de fractura en Europa. Todos los países se entregan a dramáticos ajustes que no sólo enfrentan a los gobernantes con el pueblo, sino que una semana después resultan ser insuficientes. Y, como un cáncer devastador, el paro y la pobreza siguen creciendo a un ritmo despiadado e incontenible.
Esta no es una crisis económica, sino de modelo. La mayoría de los gobernantes del mundo están haciendo lo contrario de lo que deberían hacer. En lugar de supeditar los mercados a la soberanía nacional, están atendiendo solícitos a sus exigencias. Como si los mercados fuesen un dios al que temer y no unos pocos miles de especuladores que, sin generar el menor bienestar a la población, provocan los peores desastres con su codicia sin freno. Ahora han hecho presa en las deudas soberanas, y en lugar de plantarles cara lo que hacen los gobernantes es suplicarles y temblar. Ese, y no otro, es el problema. Porque, sin la traición de quienes deberían representarnos, todo ese egoísmo se quedaría en nada.
Pablo González Caballero

Madrid

La sociedad decadente
del desequilibrio social
La sociedad está en declive, pero lo grave es que no lo está por falta de recursos y productividad, sino por falta de valores éticos a la hora de gestionar y redistribuir con equidad la riqueza que generamos.
Es escandaloso observar cómo se aumentan los impuestos a los débiles y cómo se rebajan a los ricos; cómo se recortan derechos y bienes-
tar a las clases pobres y cómo aumentan los beneficios de las grandes fortunas y corporaciones. Y qué decir de los sueldos millonarios de los presidentes y altos ejecutivos de grandes compañías o entidades financieras. Qué decir de la corrupción, del fraude y de la evasión de impuestos en paraísos fiscales; paraísos que el mundo consiente y que tanto daño causan a las sociedades de los países defraudados. De todos depende. Si queremos crecer como personas y como sociedad, si de verdad queremos avanzar, debemos hacerlo juntos, pero con honestidad. Los grandes desequilibrios sociales no benefician a nadie. A la larga, tampoco a los ricos.
Pedro Serrano
Valladolid

El mejor adjetivo para definir
la actitud de ciertos políticos
Salvo contadísimas excepciones, no encontraremos ningún adjetivo mejor para definir la actitud de ciertos políticos que "cinismo", que llega a su máxima expresión en los señores de la derecha de este país, en concreto del PP. Lo
preocupante es que ellos mismos saben qué escena están representando y la utilizan en su propio beneficio. Pero lo más sangrante es que continúan teniendo secuestrada a la democracia, máxima representación de un pueblo, al que hacen creer que cometer delito de cohecho –aceptar regalos para favorecer a personas y entidades concretas para un único fin, el beneficio económico propio, y por ello sentarse en el banquillo de los acusados– son cosas que pasan, como ejecutar un desahucio, recortar derechos sociales y fundamentales del Estado del bienestar o presentar expedientes de regulación de empleo como el que hace la lista de la compra.
No nos equivoquemos, un cínico es lo que es, cinismo significa lo que significa, y un parado, un trabajador en un ERE, el desahuciado por impago de hipotecas abusivas, los cierres de centros de salud... no son lo mismo ni tienen nada que ver.
Jacinto Parrilla Sanz
Llombai (Valencia)

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