Cartas de los lectores

6 de abril

El metro de Sevilla
El metro llega a Sevilla cargado de aromas frescos por la ilusión compartida de todos los ciudadanos, pero de un sabor agridulce para muchos vecinos del Aljarafe.
Que el alcalde de San Juan, Juan Ramón Troncoso Pardo, haya expresado su preocupación porque algunos o varios vecinos se estén quejando por el tremendo ruido que ocasiona el metro a su paso por nuestro municipio ya es mucho, y aún lo es más el haber trasladado a Junta de Andalucía dicha inquietud.
Pero tengo que aclarar que ni son algunos ni varios los vecinos que padecen esta barbarie, sino cientos de familias, debido a la falta de prevención de los responsables. ¿Por qué el alcalde de San Juan no encargó el estudio de ruidos durante los casi siete meses en los que el metro estuvo en pruebas? ¿Por qué nuestros técnicos del Ayuntamiento de San Juan no han exigido el Estudio de Impacto Medio ambiental que ha de ir acompañando al proyecto y donde se debe incluir el estudio de ruidos? ¿Es que había que esperar, como siempre en este pueblo, a que alguien se quejara para tomar medidas?
Una vez más, queda de manifiesto el buen hacer de los gobernantes socialistas de San Juan de Aznalfarache.
Maria Luisa Moya Tejera / San Juan de Aznalfarache (Sevilla)

Sí a la vida digna
Sí, yo también estoy a favor de la vida; pero no a cualquier precio. Sin un mínimo de dignidad no me interesa vivirla. Y si yo quiero una vida digna para mí, también la quiero para mis congéneres. De modo que, si no se dan unos mínimos aceptables para vivir, gritaré en voz alta: ¡no a la vida!
Pero no se asusten, no soy un loco asesino. Me horroriza pensar que una persona sea capaz de arrebatar la vida a otra. Sin embargo, no me horroriza que alguien utilice el condón para evitar enfermedades mortales, o para evitar vidas, que de nacer, estarían condenadas a la desesperación y al sufrimiento. Así es que, por responsabilidad y por amor a mis semejantes, es lo que deseo: que no vengan a la vida si no tienen garantizados unos mínimos de bienestar.
Si otras especies son capaces de regular la población en función de los recursos, ¿por qué razón no lo vamos a poder hacer los animales que nos autodenominamos humanos? ¿Porque lo diga el Papa, que es infalible cuando define doctrinas de fe, o porque lo diga Joseph Ratzinger, ese hombre que algunos califican de gran intelectual?
Pedro Serrano Martínez / Valladolid

El Papa y el sida

No pueden pasar sin una condena firme y unánime por parte de la sociedad comprometida los mensajes que sobre la utilización de los condones ha lanzado el Papa en su última visita a África.
Él llega, lanza su mensaje y se va con la misma pompa y esplendor que llegó, a continuar con su apacible y estupenda vida, en su palacio, rodeado de médicos y cuidadores que vigilan con esmero su salud, ignorando la labor de toda la gente que trabaja en esos países, sin descanso, entregando su vida por ayudar a los enfermos, desgastándose en campañas que pretenden enseñar la efectividad del condón. Llega este señor y, en dos segundos destroza todo ese trabajo. Nadie afirma que los condones sean la solución contra el VIH, pero dogmatizar que pueden empeorar la epidemia es, cuando menos, irresponsable y alarmante.
Resulta increíble que se atrevan a condenar el aborto, gastando importantes cantidades del dinero que reciben del Estado (nuestro dinero), en campañas tendenciosas donde nos muestran su gran desvelo por los no nacidos, mientras ignoran las miserias que atraviesan los que han tenido la desgracia de nacer en estos países.
También es increíble la pasividad de los medios de comunicación. En su mayoría, nuestros medios informativos están muy ocupados con la crisis y la protección al sistema que la provocó como para fijar su atención sobre la falsa declaración científica del Papa, que puede acabar siendo devastadora para la salud de millones de personas.
Pilar Trejo Martín / Miembro de la Asociación Laica de Rivas Vaciamadrid (Madrid)

Diferencias
El Consejero de Justicia, el señor Granados, se apresuró ayer a puntualizar las diferencias que, a su entender, existen entre su cita con el señor Vieira, presidente del Tribunal que seguramente juzgará a los presuntos corruptos del PP madrileño y la coincidencia Bermejo-Garzón en aquella famosa cacería. Veamos su enjundia intelectual:
Primera: "Ha sido una reunión estrictamente de trabajo". Tiene razón el consejero: no es lo mismo una montería entre varios en tiempo de ocio, que una cita entre dos a mesa puesta, en jornada laboral. Sagaz.
Segunda: "Con una persona que nunca ha sido candidata de mi partido". Prescindamos de la profesión: ¿es preciso ser candidato de un partido político para tener simpatía por él?
Tercera: "... Con una persona intachable que ha sido elegido por unanimidad por todos los miembros del CGPJ". ¿Es "tachable" de algo negativo quien persigue a ETA lo mismo que desarticula células islamistas, o que combate el terrorismo de Estado con la misma convicción que mete en la cárcel a quienes prevarican con fondos públicos? ¿De qué es "tachable" y con qué argumentos de peso?
Cuarto: "... Un señor que ni decide, ni encausa, ni instruye, ni mete a nadie en la cárcel". Simplemente, señor Granados, es la máxima autoridad, quien preside, el Tribunal que ha de juzgar la conducta de sus compañeros de partido. La verdad es que no sé cómo no le da a usted vergüenza.
Enrique Chicote Serna / Arganda del Rey (Madrid)

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