Cartas de los lectores

08 de abril

Aborto e Iglesia
¿Quién dice que no existe fundamentalismo religioso en los países occidentales? Mucho hablamos sobre los fundamentalismos islámicos y cómo estas religiones deciden sobre lo divino y lo humano en sus sociedades. Pero ¿qué podemos decir acerca de la nueva campaña de la Conferencia Episcopal sobre el aborto? ¿En qué se diferencian los mandatos religiosos de unos y otros? A los religiosos musulmanes les llamamos fundamentalistas islámicos, pero ¿qué son los obispos españoles que utilizan su verdad imponiéndola al resto de la ciudadanía? Vosotros, ciudadanos españoles, estáis en un error. Nosotros, obispos de la Iglesia católica, os vamos a decir a todos, creyentes y no creyentes, qué debéis pensar y cómo debéis vivir.
Quienes utilizamos la razón y no la religión nos encontramos con que la Iglesia española ha decidido que, dado que son poseedores de la verdad, la única verdad, sólo ellos están capacitados para decirnos lo que podemos o no podemos hacer con nuestras vidas. Vivimos en una sociedad laica, pero parece que la jerarquía católica no lo sabe o lo desconoce o lo ha vuelto a olvidar. La libertad estriba en el respeto a todas las creencias e ideologías.
Nadie obliga a abortar con una Ley del Aborto; nadie obliga a utilizar condón; nadie obliga a nada a nadie, pero que se permite vivir y dejar vivir. Y esa es la grandeza del verdadero espíritu de la democracia: tolerancia para convivir.
Garbiñe Atxukarro/Bilbao

El voto de pobreza
Por estos días, el mundo de la buena gente de derechas está convulso. Por un lado, no saben qué hacer con toda esa mezquindad que les rezuma. Su líder carismático, Aznar, farfulla milongas bastante fastidiosas, aunque inocuas, por previsibles. Su líder nominal, Rajoy, se esfuerza por salvar del descrédito, tras su más que endeble autoridad, a su tesorero, Bárcenas, al diputado Galeote y al dandi Camps. La libérrima presidenta de la CAM, en su loca huida hacia adelante, cierra comisiones a sus adversarios y abre emisoras a sus amigos. La Cope decide alejar al talibán de sus micrófonos y este se revuelve contra ella como bestia batida a la retranca.
La Conferencia Episcopal, sin dar otras muestras de humanidad, endurece sus ataques contra la nueva Ley del Aborto. Así las cosas, en medio de esta crisis telúrica, el obispo de Segovia, Ángel Rubio Castro, pide a los curas que donen el 10 % de sus sueldos a los parados. La media salarial del clero es de 700 euros; los obispos cobran 200 euros más. Si todos los católicos imitaran a los curas, en España hoy no habría paro. Y, si lo hubiera, sería semejante a una tranquila jubilación. Pero es que no es el caso. Los católicos quieren ganarse el cielo aquí y más allá de la muerte. Para ganárselo aquí, abrazan el capitalismo y, para ganárselo allá, el confesionario.
Mario López Sellés/Madrid

La guerra prevista
Sarkozy, Merkel, Brown y el mismísimo Zapatero parecen dispuestos a secundar el esfuerzo bélico, como les ha pedido Obama. Con absoluto desparpajo, proponen recortes en el gasto social, por ser financieramente insostenible (según la directiva Bolkestein) prolongar hasta los 70 años la edad laboral para evitar el cobro de pensiones, una jornada de trabajo mas allá de las 60 horas semanales, la expulsión de los inmigrantes no rentables y la "flexiseguridad" que permite el despido sin causa imputable al trabajador. Casi una economía de guerra para seguir interviniendo en Etiopía, Congo, Irak y Afganistán, entre otros.
La paradoja está servida: los soldados profesionales europeos han de defender con las armas y por la fuerza la democracia, la libertad y la Justicia, el modo de vida del civilizado Occidente frente a "la barbarie integrista religiosa" del islam. En definitiva, protegerán allí, a miles de kilómetros, el Estado del bienestar europeo, el mismo que nos quitan aquí por idénticos motivos, esto es, para reducir el déficit público, mejorar la balanza de pagos y otorgar oportunidades de negocio a "nuestras empresas". La crisis económica global, que es de superproducción, permite mantener de forma continuada el estado de guerra, se encamina hacia su propia barbarie.
Obama no ha reconocido la autoridad de la Corte Penal Internacional (cuyos estatutos entraron en vigor en 2002) como garantía mínima de legalidad, pero aún así lidera estas extrañas guerras para la acción humanitaria y libertadora.
Luis Fernando Crespo/Alcalá de Henares (Madrid)

Oxímoron
No ha progresado una enmienda al reglamento de UPyD para admitir listas abiertas en la elección del Consejo de dirección del partido. La propuesta sólo consiguió 15 votos de los 103 emitidos. No por habitual en los partidos políticos (tan dados a presumir de democracia como a cercenar cualquier intento de renovación) deja de sorprender el férreo control ejercido para ahuyentar la disidencia y controlar sus cuadros rectores.
No parece que, funcionando con tal déficit democrático, puedan promover listas abiertas en los comicios ni pretendan modificar la Ley electoral para que todos los votos valgan igual. Sus rimbombantes nombres no resultan sino un patético oxímoron de su práctica diaria. ¿Dónde están los caciques y señoritos sino en el Partido Popular? ¿Cuántos obreros socialistas ocupan la dirección del PSOE? ¿A qué izquierda aglutina la agonizante IU? El funcionamiento de Unión Progreso y Democracia no hace sino corroborar esta práctica, aunque claro, ¿cómo llamarla sectarismo, retraso e intransigencia?
Juan Torrens Alzu

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