Cartas de los lectores

22 de diciembre

Cierre de bibliotecas públicas
La ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, ha declarado que nunca se ha leído tanto en España, a lo que habría que añadir que en Madrid nunca lo hemos hecho tan apretados: a la reducción de horarios en las bibliotecas públicas, se suma el reciente cierre de dos de estas, lo que nos deja aún más lejos de Europa en número de salas de lectura por habitante. La Comunidad de Madrid le ha pasado la pelota al Ayuntamiento ofreciéndole fondos bibliotecarios a cambio de que el Consistorio ponga el terreno. ¿Podemos deducir que los siguientes pasos sean la desacreditación y posterior gestión privada de las bibliotecas públicas? Moraleja: cuando las barbas de la sanidad pública veas pelar, pon las de educación a remojar.
Manuel Cañedo Gago / Madrid

Todo quedó en un simple acuerdo de mínimos sin carácter vinculante
Las conversaciones internacionales para frenar el cambio climático se iniciaron en 1994. En la Cumbre de Bali de 2007, los países participantes acordaron una hoja de ruta climática que debía terminar en esta cumbre de Copenhague con un "gran acuerdo" en la reducción de emisiones.
Pero, ya lo ven, los resultados no pueden ser más decepcionantes: todo termina con un simple acuerdo de mínimos sin carácter vinculante, de contenidos inconcretos y responsabilidades imprecisas.
Una vez más, ha quedado patente la ceguera y la incompetencia de los líderes mundiales para resolver el gran reto que ante sí tiene la humanidad. La falta de concienciación social y política, así como una defensa a ultranza de los intereses particulares, dificultan el acuerdo y aplazan las decisiones y los compromisos.
Pedro Serrano Martínez / Valladolid

Sobre la indiferencia de los que tienen nuestro futuro en sus manos
Millares de personas, activistas y representantes de colectivos de múltiples nacionalidades, nos citamos en Copenhague con el propósito de mover la voluntad de los gobiernos. Pero, una vez más, y vamos por la decimoquinta, nos han demostrado quién tira verdaderamente de las bridas de dichas voluntades: neoliberalismo, capitalismo salvaje o culto al dinero, podemos llamarlo como nos dé la gana.
El populacho ha sido reprimido al estilo del siglo XIX, se nos han arrebatado las acreditaciones para enmudecer nuestras bocas y no se han escatimado palos ni detenciones masivas preventivas entre los que nos manifestamos en las calles. Nos han arrebatado la voz y la palabra.
Pude ver las lágrimas de un responsable indígena al que se le negó la posibilidad de expresar en ese foro su
desesperado grito de socorro porque la supervivencia de su gente está en juego ahora mismo, no en un futuro más o menos próximo.
También pude ver la indiferencia de los que tienen nuestro futuro en sus manos. Pero la nieve ardía en Copenhague y los que allí estuvimos pudimos experimentar la emoción de la consolidación de un movimiento internacional que no está dispuesto a dejarse reprimir y amordazar. Un germen inquietantemente revolucionario, según los poderosos que desplegaron toda la parafernalia de brutalidad policial y abuso judicial para someterlo. Regresé de la glacial y hermosa ciudad de Copenhague con la esperanza de ayudar a extender este virus que tanto los perturba.
Ana Cuevas / Zaragoza

No favorecer a ninguna religión en aras de hacer hombres y mujeres libres

Por muy revolucionario y hombre comprometido que fuese Jesús, cosa que nadie duda (salvo la Iglesia, que se niega a seguir sus pasos), el crucifijo, su símbolo, no debe estar en las instituciones públicas, sino que debe formar parte del ámbito de lo familiar, de lo privado. Debe estar en las casas de quienes crean en él o en las iglesias, donde se le ha venerado durante siglos.
Es posible que, si se quita este símbolo, los padres católicos empiecen a llevar a sus hijos a misa los domingos y dejen de aprovecharse de que el Estado les facilite la labor de proselitismo que se hace desde las escuelas, en las clases de religión y con la presencia de símbolos cristianos en las aulas.
Las personas laicas, como yo, lo único que deseamos es que España no sólo deje de favorecer a la religión católica por encima de las demás, sino que este país no tenga, tema, favorezca, facilite, etc. la presencia de ninguna religión en aras de hacer hombres y mujeres libres, ciudadanos y no súbditos temerosos de ningún Dios.
Por cierto, ¡feliz solsticio de invierno a todos!
Paqui Maqueda Fernández / Sevilla

Las «enormes diferencias entre opciones políticas» no lo son tanto
Al abandonar Inés Sabanés la portavocía de Izquierda Unida de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre comenzó su discurso de despedida así: "Desde la diferencia enorme de nuestras opciones políticas...". La pregunta que le hago a la presidenta del Partido Popular madrileño es cómo ha permitido que, a pesar de tan abismal diferencia, en Velilla de San Antonio (municipio de su circunscripción), se alíen los concejales del PP con otros de IU para desbancar al Partido Socialista del Gobierno municipal.
¿O es que, en lo que respecta a la política, Velilla de San Antonio es una especie de Shangri-La (la singularísima ciudad de la película Horizontes perdidos), donde las diferencias ideológicas entre PP e IU no existen?
Enrique Chicote / Arganda del Rey (Madrid)

Una mezcla de crueldad y descaro en las opiniones a favor de la fiesta nacional
Incluso después de aprobar, como otros países de nuestro entorno, leyes contra el maltrato animal, el desvergonzado argumento que acaba de utilizar nada menos que la portavoz del PP, María Dolores de Cospedal es: "Al que no le gusten los toros, que no vaya".
No sé si asombrarme más de la irracionalidad o la crueldad de tan alta representante de algunos que pretenden definirse como racionales.
Darío Gregoris Nieto / Sevilla

El mejor club del mundo: el Barcelona, campeón de campeones
Afirmar a día de hoy que el Barcelona es el mejor club del mundo es una realidad patente. Una gozada de afirmación que las lágrimas de Pep Guardiola en el Zayed Sports City Stadium de Abu Dabi no pudieron ya disimular. Felicidades y a disfrutarlo, os lo habéis ganado campeones.
Martí Mancilla Muntada / Granollers (Barcelona)

Más Noticias