Cartas de los lectores

24 de diciembre

ADSL para los docentes
A nadie se le escapa la importancia que tienen las nuevas tecnologías en la sociedad actual. Una pieza clave en este engranaje de formación lo constituye el profesorado, docentes bien formados, con medios y tiempo suficientes para dedicarse a ellas.
Con la implantación de la sexta hora, es muy difícil desde la escuela poder dedicar tiempo suficiente a navegar por Internet, buscar recursos, autoformarse, reciclarse, etc. Es necesario hacerlo en otra franja horaria: es decir, fuera del horario de colegio y, en consecuencia, desde el domicilio de cada uno. Para ello, es imprescindible disponer de conexión a Internet (banda ancha) generalizada y gratuita para todos los docentes. ¡Manos a la obra!
Francisco Javier Ruiz Rojas / Barcelona

¿Por qué pagamos tanto a los intermediarios de los productos agrícolas?
Existe una gran diferencia entre lo que se paga al agricultor y lo que le cuesta el producto al consumidor final. Los agricultores se quejan, con razón, de lo poco que reciben. Algunos consumidores protestan por lo mucho que pagan frente a lo que recibe el agricultor.
En mi familia, compramos la comida a través de una asociación de consumo de la que somos socios. Esta asociación, sin ánimo de lucro, compra directamente a los productores. Comprar a través de la asociación nos permite conseguir un producto de calidad a un precio razonable y pagando al productor un precio justo, aunque nos reduce la flexibilidad en la compra y nos obliga a realizar algunas tareas.
Volviendo al punto donde empecé: ¿por qué algunas personas pagan tanto a los intermediarios? Por la sencilla razón de que quieren poder comprar cualquier producto en cualquier momento del año, a cualquier hora del día y cualquier día de la semana. Al consumidor, en general, lo que cobra el productor, incluso la calidad del producto, le importa poco.
Los consumidores tenemos mucho más poder del que parece, pero para poder utilizarlo, tenemos que salirnos de una vida de placer inmediato.
David Alvira / Colmenar Viejo (Madrid)

La situación de los trabajadores y las trabajadoras del sexo
Desde diversos ámbitos se escuchan propuestas para regular la prostitución.
Las más llamativas son las que, desde ópticas de izquierda, abogan por la ilegalización de dicha actividad, alegando la degradación que conlleva para quien la ejerce.
Lo sorprendente es que la mayor parte de esas propuestas sólo tienen en cuenta la prostitución femenina, sin duda por ser mayoritaria y por ser la modalidad donde mayor porcentaje de explotación existe, aunque eso comporta un planteamiento parcial del problema.
Actualmente, en España, no es delito cobrar dinero a cambio de ofrecer un servicio sexual, pero sí lo es obtener un beneficio económico de quien ejerce la prostitución para un tercero, llamado proxeneta. Lo que hay que perseguir jurídicamente es esto y no alimentar falsos debates que se arrogan la decisión de dictar lo que es bueno o malo desde un punto de vista moral.
¿Por qué no se mejoran los instrumentos jurídicos y policiales para combatir con ahínco ese delito? Ahí están los anuncios, ahí están los locales. Por contra, se debe legalizar esta actividad para quien la ejerza libremente por cuenta propia, pues hay quien la contempla como un trabajo. Sólo así hablaremos algún día de trabajadores del sexo y no de prostitutas o prostitutos.

Francí Xavier Muñoz Sánchez / Madrid

Los universitarios, el umbral de la Moncloa y el del exilio
Con demasiada frecuencia Mariano Rajoy nos expone su sueño de cruzar el umbral del Palacio de la Moncloa para presidir un país que él cree rendido a sus pies y a sus ideas. Día tras día, su discurso refleja una superioridad moral que él se otorga y recrimina, y da lecciones al Gobierno creyéndose el portavoz de los españoles. Discurso erosionador de sueños e ilusiones que niega el esfuerzo de algunos e intenta destruir la alegría de momentos como cuando todos los ciudadanos de bien compartimos la alegría de los familiares de los tripulantes del Alakrana.
Pero muchos españoles que él cree representar no estamos dispuestos a compartir ese sueño, que percibiríamos y viviríamos como una pesadilla.
No sólo los que con nuestro trabajo y nuestros valores hemos contribuido a construir una democracia que deseamos más sólida, sino también los que comienzan a disfrutarla.
En estos últimos años, muchos de nuestros mejores estudiantes universitarios nos preguntan sobre lugares a los que podrían exiliarse si la agresividad del principal partido de la oposición y su ausencia de ética consiguen abrirle las puertas de la Moncloa.
Carmen Mata Barreiro / Profesora de la Universidad Autónoma de Madrid

Por una reforma laboral que afecte a la pequeña o mediana empresa
Desde hace más de 35 años, estoy vinculado a la gran empresa, pero mayoritariamente a la pequeña empresa como empleado y como pequeño (más bien diminuto) empresario.
La pequeña empresa es la que proporciona más puestos de trabajo.
Pues bien, este tipo de empresa es el único que necesita una reforma laboral de verdad.
Para una empresa con cuatro trabajadores, una baja por enfermedad representa el 25% de su potencial y una suspensión de pagos de 30.000 euros puede representar no poder pagar los salarios.
Estas empresas necesitan una reforma laboral, pero no para despedir trabajadores, que normalmente estos empresarios es lo último que harían, si no para protegerlos, blindarlos, apoyar su financiación frente a los bancos, protegerlos contra los morosos y ayudarlos en sus cargas sociales y fiscales en momentos excepcionales y no como ahora, cuando estos pagos superobligatorios suelen ser la puntilla para el cierre.
Toda la ayuda existente sólo piensa en la gran empresa. Para ella es toda la ayuda, desde los ERE hasta las ayudas económicas, avales, jubilaciones anticipadas, etc. Parece que a los sindicatos sólo les interesa la gran empresa, de donde sacan sus réditos.
Sí, necesitamos más de una reforma: además de una laboral, otra de funcionamiento, pero sólo en la pequeña empresa.
La gran empresa está más que asistida por todos, desde los bancos hasta los gobiernos.
Manuel Tórtola Risuelo / Terrassa (Barcelona)

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