Cartas de los lectores

23 de febrero

Los culpables de la crisis
Los dirigentes del PP acusan a Rodríguez Zapatero de ser el causante de la crisis y de los más de cuatro millones de parados que padecemos. ¿Es Zapatero realmente el culpable? Si analizamos el fondo de la cuestión y sus orígenes, comprobaremos que el gran culpable fue Aznar al aprobar en 1997, bajo su mandato, la Ley del Suelo, creando de esta manera la mayor burbuja inmobiliaria que ha padecido España y de la que ahora pagamos las consecuencias.
Mariano Rajoy presume de tener recetas mágicas para sacarnos de la crisis y crear empleo, pero, si es así, ¿por qué no las aplica en las comunidades autónomas donde gobierna? ¿Acaso son dirigentes como estos los que pretenden gobernarnos? Si lo consiguen, no nos quejemos, tendremos lo que nos merecemos. Espero que el pueblo español utilice su inteligencia y ponga a cada uno en el sitio que le corresponda en las próximas elecciones.
Guillermo Sánchez Ludeña / Madrid

Por desgracia, todo sigue atado y bien atado
Los que creíamos ingenuamente que el franquismo, con todas sus secuelas, estaba superado, constatamos cada día evidencias del arraigo que tiene en poderes del Estado tan decisivos como el judicial.
Un hecho que lo demuestra es la resistencia feroz de la judicatura, de partidos políticos como el Partido Popular y de la jerarquía de la Iglesia católica a la recuperación de los restos de familiares vilmente asesinados por la dictadura.
En efecto, los que fueron leales al Gobierno democrático siguen ignorados y sus restos siguen arrojados en fosas comunes. ¿En nombre de qué justicia y moral se puede negar el derecho de los familiares a recuperar esos restos y enterrarlos dignamente?
El franquismo sigue vivo y coleando y está dando un escarmiento al único juez –Baltasar Garzón– que se ha atrevido a reconocer el derecho de estas víctimas y de sus familiares.
Alfonso Tocino

A propósito de la Unión Militar Democrática
Ahora que acabamos de asistir al más que merecido homenaje a los militares de la Unión Militar Democrática (UMD), deberíamos aprovechar la ocasión para reflexionar sobre los cabos sueltos de los Pactos de la Moncloa y los renglones torcidos de la Constitución; en definitiva, las chapuzas de la Transición.
Se dice que la Transición selló la reconciliación entre los españoles y que la Ley de Amnistía de 1977 supuso el perdón de los pecados cometidos por los dos bandos. Pues ninguna de las dos cosas es cierta. Para empezar por lo segundo, nada más a mano que los militares que acabamos de homenajear. La amnistía de 1977 excluyó a los militares de la UMD que estaban cumpliendo condena, no por ponerse en armas contra la dictadura, sino por intentar mojar la pólvora del Ejército franquista.
¿Es de recibo aceptar la condonación de los crímenes de la represión franquista aceptando la condena de cien militares demócratas? No, no y mil veces no.

Lo de la reconciliación me parecería muy bien si hubiera llegado de la mano de la ruptura democrática, es decir, del sometimiento del Estado franquista al democrático. Es fácil entender lo que digo cuando vemos que la mayoría de los protagonistas de la Transición nos quieren vender que aquello fue una ruptura democrática. Ayer estaban en contra de la ruptura, pero hoy dicen que fueron ellos quienes la llevaron a cabo.
Así que podemos seguir mareando la perdiz el tiempo que nos dé la gana, pero nadie podrá negar la evidencia. Cuanto más tiempo se miente uno a sí mismo, más difícil tiene llegar a ser uno mismo.
Mario López Sellés / Madrid

El arma más poderosa de la burguesía
El arma político-ideológica más poderosa de la burguesía es la descalificación más inocente: "Antes de los 25 años, ser revolucionario o marxista es señal de tener corazón; después, continuar siéndolo es señal de no tener cabeza". La rebeldía de los jóvenes no es a causa de que su razón esté perturbada, sino porque está libre de condicionamientos y servidumbres.
El abandono de las posiciones y actitudes revolucionarias y reivindicativas es consecuencia de las servidumbres sociales que la dominación social de la burguesía termina imponiendo sobre la conciencia.
Joaquín Félix Rodríguez Bassecourt

El miedo de las pymes a los pagarés sin fondos
Soy administrador de una pyme y me da más miedo no cobrar que no trabajar. En España, los pagarés son papel mojado: tienes que empezar a rezar cuando te los dan (pese a ser ateo) y separar todo tu patrimonio (que se limita al techo en el que vives) de tu nombre, por si, cuando llegue su vencimiento y no hay fondos y te lo devuelven, no te toque dormir al raso. ¿Así quieren generar empleo? Cuando me garanticen el cobro (como el confirming, por ejemplo) volveré a intentar complicarme la vida e intentar generar empleo. Mientras tanto, que el Estado les garantice el salario a los desempleados.
Fernando Sancho Rodríguez

Cuidado con la información que circula por Internet
Es habitual recibir por correo electrónico desde avisos de la policía ante ciertos delitos en la red, hasta reclamos de ayuda para aliviar enfermedades infantiles, pasando por medidas de prevención ante unos imaginarios virus informáticos: toda una patraña basada en la basura informativa que ciertos desaprensivos cuelgan en Internet y de la que se hacen eco muchos incautos mensajeros del bien social.
En Internet, todo cabe y la calidad de la información casi nunca es verificada. Tanto la policía como las ayudas sociales o las campañas de prevención informáticas tienen sus propios cauces mediáticos mucho más serios y solventes para alertar a la ciudadanía, por lo que no hemos de caer en la trampa de divulgar ciertas informaciones de las cuales carecemos de una fuente fiable y de una fidedigna seriedad informativa. "Si quieres mentir, sólo tienes que repetir lo que oigas decir". Nada más cierto.
Xavier Pascual Sienra / Vilanova i la Geltrú (Barcelona)

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