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A vueltas con el Feng Shui

CIENCIA DE PEGA // MIGUEL ÁNGEL SABADELL

Lo que hay que leer... Mi periódico alabando las maravillas de esa técnica milenaria china, el Feng Shui. Y todo porque la Generalitat de Catalunya decidió tirar el dinero para acondicionar el Departamento de Interior "según los preceptos de este arte oriental". Vaya por delante una cosa: como escuela arquitectónica, me parece de perlas; otras comunidades y otros ayuntamientos deciden contratar arquitectos como Calatrava para construir sus personalísimas pirámides. Eso sí, que usen como excusa que semejante chorrimemez científica mejora la productividad y elimina las enfermedades del trabajo...

El Feng Shui tiene fama por el simple hecho de provenir de China, con lo que tiene de marchamo milenario y oriental, algo que siempre vende. Pero antigüedad no es sinónimo de verdad. El Feng Shui deriva del sistema religioso chino que cree en una energía que gobierna el mundo, Chi. Así explicaron la medicina, la astronomía e incluso la geofísica, pues creían que los terremotos era un desequilibrio del Chi. Los chinos fueron grandes inventores, pero nulos científicos, porque sus conceptos religiosos –y arbitrarios, como la inexistente Chi– lo inundaron todo y ahogaron cualquier avance científico. El Feng Shui es una moda new age estadounidense que ha llegado a Europa. Allí los consultores cobran 100 dólares la hora por redecorarle el piso en función de creencias supersticiosas sin base científica. Es más, contradice todo lo que sabemos tras dura y rigurosa experimentación. Como decoración, vale, pero nada más. Eso sí, hay que occidentalizarla, y así se habla de campos electromagnéticos cuyas malas influencias se puede neutralizar con plantas. ¡Maxwell, ahí lo llevas! No sé por qué demonios los físicos e ingenieros usan jaulas de Faraday para aislar de campos electromagnéticos ciertos aparatos: mejor los rodean con plantas y verán qué bien les va. ¿Se acuerdan de los cactus para absorber las radiaciones del ordenador?

¿El conseller Saura cree realmente que existe una energía vital detectable sólo por unos cuantos dotados utilizando un péndulo (¿Tornasol, dónde estás?), que anima todo lo viviente y que las leyes naturales descubiertas por la ciencia no son ciertas? Para mejorar la productividad, menos despilfarro en decoración y chorradas pseudocientíficas y más contratos, mejoras de sueldo y conciliación familiar y laboral. Lo otro es como creer en el ratoncito Pérez, aunque mucho más chic.

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