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EL ELECTRÓN LIBRE // MANUEL LOZANO LEYVA

* Catedrático de Física Atómica Molecular y Nuclear, Universidad de Sevilla

En la nueva asignatura de Ciencias para el mundo contemporáneo se va a explicar a nuestros bachilleres cosas como el origen del universo, la ingeniería genética y el cambio climático. Ahí es nada; pero, qué bonito. Mucho entrenamiento en matemáticas, física y química no adquirirán, que eso es lo fundamental, pero van a disfrutar. Además, esto no sólo los preparará mejor culturalmente, sino que, ojalá, puede que a los estudiantes hasta les dé por apretar en lo necesario para hacerse científicos. Pero estén ojo avizor los profesores, porque los pueden volver locos. Vayamos, sir ir más lejos, con el primer tema mencionado de la nueva materia.

Big Bang fue una definición sarcástica del modelo que se desprendía de algunas ecuaciones de Einstein. El caso es que con el tiempo se demostró (primer jolgorio en clase) que el Universo tuvo un inicio. Argumento a esgrimir por el profesor: si el Universo hubiera sido aristotélico, o sea, si fuera infinitamente grande y viejo, no estaría aún caliente, y está a unos tres grados. "Eso es muy poco", arguye el listo de la clase. "Lo suficiente para estar sano o con fiebre altísima", responde el profesor. Además, eso se predijo en base al modelo de Big Bang y después se encontró, lo cual le da gran credibilidad a éste. O sea, que de buenas a primeras hubo un estallido en plan "¡hágase la luz!", ¿no? Pues no. La luz es la parte de la radiación a la que es sensible el ojo humano y una explosión conlleva gran ruido. La radiación que se produjo no estaba en el rango visible y el sonido necesita un medio material, por ejemplo, aire. El Big Bang fue algo mucho más íntimo, por sordo e invisible. De hecho, la luz apareció centenares de miles de años después del inicio.

¿Qué hubo antes de ese inicio? El profesor sonríe displicente y responde: "La pregunta no tiene sentido". El Big Bang supuso la generación del espacio y el tiempo. "Antes" es un adverbio que exige la existencia del tiempo para que tenga significado. Es como definir el Polo Norte y preguntar después qué hay al norte de ese punto. (En este punto el profesor, que es físico, recuerda el principio de indeterminación de Heisenberg y traga saliva: un instante cero implica una energía infinita, no la que hay en el Universo, por grande que sea).

¿Quién o qué causó aquello? No tuvo por qué haber causa, de hecho, sabemos que el vacío fluctúa, es decir, se genera energía de manera aleatoria y espontánea. ¿Cómo se generó la materia a partir de la radiación? De manera descrita por otra ecuación de Einstein, pero hay algo en lugar de nada porque el proceso no fue perfecto, sino fruto de una ligera asimetría, o sea, que si Dios existe, es ligeramente zurdo o, mejor, más bien de izquierdas. ¿Quéee? ¿No es cierto, amigo lector, que los chavales se lo van a pasar requetebién con estas espléndidas herejías?

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