Ciudadano autosuficiente

¡Hazte transicionista!

¡Hazte transicionista!

No hay otro remedio: tenemos que cambiar. Nuestro planeta nos está dando toda clase de avisos, algunos difíciles de ver (como la extinción de las abejas) y otros estruendosos (como la secuencia de huracanes catastróficos, olas de calor, sequías e inundaciones). Algunos los tenemos a la puerta de casa, como la contaminación atmosférica, y otros se manifiestan muy lejos, en el deshielo del Ártico.

Hay muchos planes para combatir la crisis ecológica global, a escala mundial y de los gobiernos de los estados, regiones y municipios. Sabemos que lo único que no podemos hacer es no hacer nada. Pero, ¿qué hay de nosotros, la gente de la calle?, ¿qué podemos hacer? La verdad es que ya estamos un poco cansados de tanta campaña para ser buenos y respetuosos ciudadanos con nuestro medio ambiente. Un día tras otro se repite la letanía: recicla, ahorra energía, no derroches agua, usa el transporte público, etc.

¿Y si lo enfocamos desde nuestro interés personal? Se trata de aumentar nuestra resiliencia, nuestra capacidad de hacernos más fuertes en un mundo cambiante. Podemos plantear una serie de transiciones hacia la sostenibilidad que cualquiera puede emprender. Más que obtener rápidamente la etiqueta de sostenible, amigo del planeta, ecofriendly o similar, lo fundamental es ponernos en marcha, comenzar nuestra propia transición, ver los beneficios que obtenemos y las dificultades que encontramos, contárselas a nuestros vecinos y coetáneos, seguir avanzando. Aquí te hacemos seis sugerencias de transiciones, pero hay muchas más y cualquiera puede plantear la suya propia.

Gente que ya está en ello: Red de Transición

De adicto a los ultraprocesados a gourmet de los frescos

Un programa muy popular en los Estados Unidos, Mi vida con 600 libras, nos muestra los estragos de la comida ultraprocesada y adictiva en determinadas personas vulnerables. Tras varios años de comer grandes cantidades de comida basura, algunas personas alcanzan un peso incompatible con una vida normal, pero lo trágico es que no parecen tener la menor idea de cómo hacer una dieta sana, que les permita perder peso de manera permanente. Sin llegar a estos extremos, la comida ultraprocesada es cara y muy dañina para la salud.

Esta transición de comida rápida a comida fresca es muy fácil, consiste en reducir paulatinamente la compra e ingesta de ultraprocesados y sustituirlos por comida de verdad. Por ejemplo, en vez de cereales de desayuno, una buena rebanada de pan entero con aceite de oliva y tomate.

Gente que ya está en ello: Grupos de consumo

De productor de basura a ciudadano residuo cero

El aburrido gesto de sacar la basura nos caracteriza como personas modernas. Cada día cada uno de nosotros produce entre un kilo y dos de residuos: restos de comida, envases desechables y otras cosas. El concepto de material de usar y tirar, desechable inmediatamente después de su uso, está haciendo mucho daño a nuestro medio ambiente. Tiene mucha lógica en un hospital, pero ninguna en una casa. El resultado son crecientes acumulaciones de residuos sin valor, que van desde envases de plásticos mezclados a ropa barata contaminada de poliéster.

Esta transición a un mundo con menos basura es muy difícil. Algunas personas consiguen llevar una vida de residuo cero y se divierten mucho con ello, aparte de ahorrar mucho dinero. Hay muchos blogs y páginas web donde encontrar ideas. Lo que sí puede hacer cualquiera es elegir envases duraderos en vez de desechables, tirar menos comida, reutilizar los envases duraderos de que hablábamos antes, etc.

Gente que ya está en ello: Zero Waste

De petrolero a renovable

Es difícil detectar la presencia de petróleo (o de los combustibles fósiles en general) en nuestra vida cotidiana cuando está oculto en la composición y fabricación de muchos artículos de uso corriente. Por ejemplo, la electricidad que se consume en España está fabricada a base de carbón y gas en un 40% aproximadamente. La mayor parte de los objetos de plástico están fabricados a base de derivados del petróleo.

Lo que sí podemos hacer es reducir el consumo directo de petróleo, el que llena el depósito de nuestro coche principalmente. También es posible cambiar de combustible de calefacción, si todavía seguimos usando gasóleo o incluso carbón. Para despetrolizar nuestro transporte, lo mejor es vender nuestro anticuado coche de gasolina o gasóleo y comprar uno eléctrico o, mejor todavía, usar la bicicleta y el transporte público.

Gente que ya está en ello: Asociación de Usuarios del Vehículo Eléctrico

De politóxico a megasano

Una reciente investigación mostró pesticidas en las tres cuartas partes de la miel que se vende en el mundo. En general, nuestro paisaje está regado con pesticidas, biocidas y exceso de fertilizantes. Todos estos compuestos termina por llegar a nuestro organismo a través de la comida.

Cuando los alimentos son procesados, algunos fabricantes incorporan cantidades variables de compuestos potencialmente tóxicos en forma de conservantes, colorantes, estabilizantes, etc. Los animales de granja se atiborran de antibióticos para favorecer su engorde, y algunos productos de limpieza son directamente venenosos.

Apartarnos de esta lluvia continua de compuestos tóxicos que cae sobre nosotros no es fácil. Podemos evitar la compra de productos de limpieza con componentes peligrosos, rechazar los alimentos con largas listas de aditivos, preferir los alimentos frescos, comprar productos con la etiqueta ecológica europea, etc.

Gente que ya está en ello: Sociedad Española de Agricultura Ecológica

De carnívoro a flexitariano

Más de 15 o 20 kilos anuales de carne por persona es una exageración. Y la media de consumo en los países más adinerados ronda los 80 kilos. Para producir esa montaña de carne a buen precio, la tierra es esquilmada para cultivar forraje para los animales y enormes extensiones de bosque deben ser taladas. Es solo un ejemplo del tremendo impacto sobre nuestro medio ambiente de este excesivo consumo de carne.

Esta transición es la más fácil de todas. Muchas personas disfrutan siendo vegetarianos o veganos, pero una opción al alcance de todos es el flexitarianismo, una alimentación basada en vegetales con unos toques de carne en su justa medida. Para ver buenos ejemplos, basta con acudir al recetario tradicional de la región donde vivas.

Gente que ya está en ello: The Vegan Society

De persona burbuja a domesticador del clima

Las personas burbuja son aquellas que, haga frío o calor, ponen el climatizador a tope y se instalan confortablemente en su cápsula de clima artificial, a unos 19ºC en verano y unos 27ºC en invierno. Eso es usar la fuerza bruta contra las variaciones de temperatura, y provoca un gran desperdicio de energía.

Otra manera de estar confortable es domesticar el clima y adaptarnos con habilidad a sus variaciones y posibilidades. Por ejemplo, acopiar el fresco de la mañana reducirá la temperatura el resto del día, o bien una ventana orientada al sur calentará la casa en invierno. Si podemos instalar alguna virguería bioclimática estaremos frescos en verano y calientes en invierno sin apenas gastar energía comercial: el clima trabajará para nosotros.

Gente que ya está en ello: RevistaEcoHabitar

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