Nos hemos rendido. Como dice el director general de la FAO, hemos entregado nuestra alimentación a otros. Comemos productos ultraprocesados que nos enferman poco a poco porque creemos que ya no tenemos tiempo para alimentarnos bien, para comprar alimentos frescos y cocinarlos. Pues eso no es verdad. No tienes más que seguir este plan en cinco fases para comprobarlo.
1. Examina tu despensa. Tira a su contenedor de residuos correspondiente todos los alimentos que:
• Vengan en grandes cajas de cartón o de plástico de colores brillantes.
• Tengan una lista de ingredientes más larga que un día sin pan.
• Aseguren en la etiqueta que son "naturales", "light", "bio", etc.
Tiempo que necesitas: una media hora. Sólo tienes que hacerlo una vez.
2. Ahora, ve al mercado más próximo a tu casa y compra:
• Productos frescos, es decir hortalizas, legumbres, frutas, algo de carne o pescado.
• Productos integrales o sin refinar (pan entero, pastas de harina completa, azúcar moreno, etc.)
• Productos procedentes de la agricultura ecológica, con Denominación de Origen o con Indicación Geográfica Protegida (todos están identificados con estas etiquetas comunes a toda la UE).
• Conservas simples, de pescado, de legumbres cocidas tal cual, etc.
Tiempo que necesitas: de media hora a una hora. Hacer la compra una o dos veces a la semana es suficiente.
3. De regreso a casa, ponte a cocinar:
• Si eres experto, no hay más que decir.
• Si eres principiante, consigue un libro de recetas sencillas para hacer en menos de media hora o que no llevan apenas trabajo porque se hacen solas.
Tiempo que necesitas: de unos minutos a una hora o más, depende de la receta. Para hacer con frecuencia, casi todos los días.
4. Degusta la comida que has cocinado sentado y con tiempo suficiente para paladearla:
• Puedes compartirla con amigos, familiares o vecinos.
Tiempo que necesitas: incluyendo café, copa y amena conversación, ilimitado.
5. Disfruta con los maravillosos resultados del plan de desbasurización alimentaria:
• Mejora general del estado de salud y probable reducción del sobrepeso.
• Ahorro de dinero.
NOTA: puede que gastes un poco más en alimentos procedentes de la agricultura ecológica, pero el sobrecoste queda más que compensado porque vas a comprar mucha menos carne y ningún alimento ultraprocesado, que son muy caros.
• Sustancial disminución de tu huella ecológica personal.
• Y para terminar, contribuyes a un planeta mejor y más sostenible, que no es poco.
Comentarios
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