Con negritas

Florentino triunfa en todos los escenarios

 El alboroto que ha causado el interés de EdF por Iberdrola no amainará hasta que culmine definitivamente la reordenación del sector energético español. Los franceses, sin pretenderlo, han reabierto un debate adormecido desde que Endesa cambió de manos y que necesitaba un revulsivo como éste para salir de su breve letargo.

Si la italiana Enel (con la inestimable ayuda de JOSÉ MANUEL ENTRECANALES) contribuyó a poner fin a la controversia desatada en torno a Endesa, el hecho de que sea precisamente EdF quien ronde a Iberdrola ha levantado muchas ampollas por tratarse de una empresa pública y extranjera. Igual que aquélla.

Ese arranque de nacionalismo, tan incongruente en una economía cada vez más transfronteriza y globalizada, no lo ha atenuado ni siquiera la participación de un grupo local, ACS, controlado por FLORENTINO PÉREZ, los ALBERTOS y la familia MARCH, que son socios destacados de Iberdrola y una especie de caballo de Troya de la operación.

A la espera del desenlace del asalto a Iberdrola, del que su presidente, IGNACIO SÁNCHEZ GALÁN, se está defendiendo con uñas y dientes, otros actores del sector energético han empezado a moverse también a fin de no quedarse fuera del mapa resultante.

Gas Natural (a la que Endesa se le escapó de las garras por poco) y Repsol ya han hecho saber su deseo de mojar pan en el diseño de ese mapa. Por no hablar de Unión Fenosa, que está participada mayoritariamente por ACS y que, en consecuencia, desde hace tiempo es la principal candidata a contraer un matrimonio de conveniencia
con Iberdrola.

Las combinaciones, sobre el papel, son múltiples: la fusión de Iberdrola y Unión Fenosa, o de Iberdrola y Gas Natural, o de Unión Fenosa y Gas Natural, un intercambio accionarial entre Repsol e Iberdrola, estas dos últimas al mismo tiempo...

Todas ellas, en mayor o menor medida, pueden plantear problemas de concentración empresarial y chocar con el espigón que representan en estos casos las autoridades de Defensa de la Competencia, con lo que resultaría inevitable que hubiera desinversiones y algunos activos tendrían que cambiar de titularidad.

Pues bien, cualquiera que sea la combinación, Unión Fenosa arañará algo y, por tanto, saldrá fortalecida. Da igual que finalmente se case con Gas Natural o con Iberdrola, que ésta llegue a un acuerdo con Gas Natural o que haya un cruce de acciones entre Iberdrola y Repsol. Unión Fenosa siempre entrará en juego, para su propio beneficio, como protagonista o como
actor secundario.

De ahí quizás el paciente silencio que ACS viene manteniendo desde que salió a la luz su complicidad con EdF para asaltar Iberdrola, a pesar de los dicterios que han tenido que escuchar sus dueños y, muy especialmente, Florentino Pérez, considerado el verdadero cerebro de la operación.

Si ACS va a salir ganando pase lo que pase, no tiene ninguna necesidad de desgastarse metiéndose en polémicas que en nada le benefician.

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