Con negritas

La cura de adelgazamiento de Corporación Dermoestética

Desde su rimbombante salida a bolsa en julio de 2005, Corporación Dermoestética no ha dado pie con bola. Parte de los recursos obtenidos entonces (unos 136 millones de euros) fueron aplicados a la expansión internacional, que al final se ha revelado como una mala apuesta. Ni el desembarco en Italia, donde llegó a tener 44 clínicas, ni la experiencia británica, centrada en Ultralase, una firma oftalmológica alejada de la actividad tradicional de Corporación Dermoestética, han dado los frutos apetecidos. Sólo en Portugal las cosas han ido medianamente bien, aunque su peso en la facturación total del grupo apenas alcanza el 5%.

JOSÉ MARÍA SUESCUN, que pasará a la historia como el hombre que democratizó la cirugía estética, no ha sabido o no ha podido exportar fuera de la península Ibérica un servicio cuyo éxito depende mucho de la idiosincrasia del público al que se ofrece. El fracaso del modelo fuera de España lo obligó primero a retirarse de Gran Bretaña, para lo que aprovechó el interés del fondo de inversión 3i por Ultralase, y este año ha decidido deshacerse también de los centros que aún mantenía abiertos en Italia. Como consecuencia de ello, el volumen de negocio de Corporación Dermoestética disminuyó un 21,7% en el primer trimestre de 2008.

La desinversión en Gran Bretaña se ha hecho con una importante plusvalía. 3i se comprometió en diciembre a pagar 235 millones por Ultralase, frente a los no más de 50 que a Suescun le costó en 2005. Por el contrario, el desmantelamiento de la red en Italia acarreará unas pérdidas cercanas a los 13 millones, según las previsiones de Deloitte, auditor de Corporación Dermoestética, aunque el quebranto exacto no se conocerá hasta que acabe el ejercicio. Al grupo todavía le queda una asignatura pendiente en el exterior: la filial mexicana, que sigue arrojando números negativos.

No obstante, lo más llamativo es el escaso margen que Corporación Dermoestética obtiene últimamente en España y que, en el periodo comprendido entre enero y marzo, fue de sólo 56.000 euros en términos de ebitda, por culpa sin duda de la fuerte desaceleración económica que atraviesa el país.

Todo anterior ha tenido su inmediato reflejo en bolsa, donde la cotización, que hace apenas un año llegó a rozar los doce euros, está ahora por debajo de los seis.

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