Con negritas

El final de la escapada energética

Si hace dos meses fue ACS la que renunció a su indisimulada apetencia de convertirse en pieza clave del sector energético español, a la vuelta de vacaciones ha sido Sacyr la obligada a pasar por un parecido mal trago. El grupo de LUIS DEL RIVERO ha tenido que poner en venta una de sus inversiones más apreciadas, el 20% de Repsol, lo mismo que FLORENTINO PÉREZ hizo en julio con el paquete de control Unión Fenosa.

Uno y otro siguieron en su día idénticas estrategias para diversificar las compañías que presiden, históricamente centradas en la construcción, una actividad siempre expuesta al capricho de los ciclos económicos. Lo hicieron en época de vacas gordas, cuando no había un solo nubarrón en el horizonte, y se gastaron dinero a espuertas sin recato.

Alrededor de 5.500 millones de euros le costó a ACS hace tres años el desembarco en Unión Fenosa, al que siguió la compra del 10% de Iberdrola por una cifra similar. Sacyr pagó 6.500 millones en 2006 por su participación en Repsol.

Para financiar este asalto en toda regla al sector energético y su ascensión colateral al cielo de los empresarios, a Florentino Pérez y Luis del Rivero no les dolieron prendas por empeñarse hasta las cejas. Pero como pusieron en prenda de los créditos las propias acciones que compraban, el descalabro de la bolsa en los últimos meses les ha jugado una mala pasada.

Esas garantías son ahora insuficientes, y sus posibilidades de aportar otras nuevas resultan muy mermadas por culpa de la crisis. Los beneficios de ACS cayeron más de un 11% en el primer semestre, y a Sacyr aún le fue peor porque durante el mismo periodo entró en pérdidas (87,8 millones, frente a un beneficio de 602 en 2007).

Los socios de Florentino Pérez (los ALBERTOS y la familia MARCH) y algunos de Luis del Rivero (JUAN ABELLÓ y DEMETRIO CARCELLER) tenían serias dudas sobre la conveniencia de conservar unas inversiones que daban lustre a sus resultados, pero con grave riesgo de abocarles a la asfixia financiera.

ACS encontró pronto comprador para Unión Fenosa: Gas Natural, que estaba deseando hincarle el diente a una eléctrica. El empeño de Sacyr, sin embargo, es más complicado; entre otras cosas, porque quien hace y deshace en Repsol es la Caixa, a pesar de que tiene una participación (15%) algo menor.

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