Con negritas

La oportunidad de Díaz Ferrán

El nombramiento de nuevo secretario general, en la persona de JOSÉ MARÍA LACASA, ha puesto punto y aparte en una de las etapas más convulsas que se recuerdan en CEOE. Lacasa sucede a JUAN JIMÉNEZ AGUILAR, que el pasado 17 de septiembre se vio forzado a presentar la dimisión después de casi un cuarto de siglo en el cargo. Sus desacuerdos de fondo con quien desde hace quince meses es presidente de la patronal, GERARDO DÍAZ FERRÁN, están en el origen de este traumático relevo.

Díaz Ferrán tiene ahora más libertad para proceder a una renovación largamente acariciada por él, pero que choca con fuertes reticencias. En la nomenklatura de la CEOE y en algunas de sus organizaciones asociadas, esa idea no es vista con buenos ojos porque puede romper los equilibrios sobre los que se asienta el actual statu quo. Unos equilibrios que JOSÉ MARÍA CUEVAS, predecesor de Díaz Ferrán, urdió durante años y con los que cualquier movimiento imprudente podría dar al traste.

Las tensiones son de tal envergadura que hay quien cuestiona, no solo el derecho del presidente a emprender estos cambios por su cuenta y riesgo, sino incluso su legitimidad para desempeñar con todas las de la ley el puesto que ocupa. El pecado original de Díaz Ferrán es, según sus detractores, que llegó a donde está porque lo señaló el dedo todavía poderoso de Cuevas y no a resultas de un proceso abierto y democrático. De ahí su insistente reclamación de un adelanto de las elecciones, inicialmente prevista para 2010.

Díaz Ferrán no lo descarta, pero su máxima prioridad es ahora recuperar el crédito perdido y dotarse del liderazgo que todavía no tiene. Para ello, ha empezado a tocar con creciente insistencia una música que suena muy bien a los empresarios, a pesar de que su eficacia en estos tiempos de turbación económica es más que discutible. El abaratamiento del despido, que con tanta insistencia pide Díaz Ferrán, encarna una vieja reivindicación cuyo abrupto renacimiento conviene interpretar también en clave interna.

Al mismo fin puede servir también la conferencia nacional convocada para el 11 de diciembre, que recuerda aquella otra organizada por Cuevas en un momento de serias desavenencias con el Gobierno de FELIPE GONZÁLEZ y que el actual presidente de CEOE seguramente aprovechará para recomponer su deteriorada imagen.

Meteduras de pata 

Díaz Ferrán han protagonizado algunos resbalones notables, que llenan las alforjas de quienes están haciendo acopio de argumentos para poner en tela de juicio su capacidad para el cargo. Uno de los más sonados tuvo lugar con ocasión de la visita que PEDRO SOLBES hizo a la sede de CEOE con objeto de explicar el programa económico del PSOE para el 9-M. Díaz Ferrán, superando los límites de la prudencia y de la cortesía, vino a decir que confiaba en que siguiera siendo vicepresidente después de las elecciones.

Intereses privados 

Los más maledicentes atribuyeron aquel desliz, y la contemporizadora actitud general de la que hacía gala entonces, a su necesidad de obtener la complicidad del Gobierno en el caso de Aerolíneas Argentinas, compañía de la que es propietario junto a GONZALO PASCUAL. Sobre ambos pende la amenaza de una acción judicial por presunto mal uso de fondos públicos, a la que se ha sumado este verano el proceso de renacionalización promovido por CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRSCHNER.

El paréntesis

Otro patinazo memorable lo dio Díaz Ferrán en septiembre, cuando propuso que se abriera "un paréntesis" en la libertad de mercado para que el Estado pudiera atajar el deterioro galopante del sistema financiero. El tiempo acabó por darle la razón y el paréntesis se ha abierto, pero eso, dicho por el representante de los empresarios, a muchos de sus compañeros les supo a cuerno quemado.

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