Con negritas

Enel y Acciona cambian el tono en Endesa

Coincidiendo con el primer aniversario del cambio de propiedad, que se cumple hoy, los dos principales accionistas de Endesa están esforzándose en transmitir una imagen más templada de la que venían dando en los últimos meses. Tanto Enel como Acciona han hecho saber que no tienen intención de dar ningún paso atrás en los compromisos adquiridos el año pasado y que su único interés es sacarle provecho al dinero (40.000 millones de euros) que entonces desembolsaron. La idea la resumía a la perfección FULVIO CONTI en Financial Times esta semana: "Invertimos con la idea de quedarnos, no solo de hacer una visita", decía el consejero delegado de la  eléctrica italiana.

Semejante declaración de principios sería ociosa si no fuera por los aparatosos
desencuentros que han protagonizado ambos socios en los últimos meses y que han dado pie a todo tipo de conjeturas sobre el futuro de su alianza. El primero de ellos tuvo lugar en marzo, cuando Enel, a propósito de la presentación en Londres de sus resultados de 2007, no tuvo empacho en airear algunos aspectos del plan estratégico de Endesa, que ni entonces ni aún hoy ha sido formalmente aprobado. Poco después, JOSÉ MANUEL ENTRECANALES, a quien corresponde el día a día de la gestión, respondería a aquel alarde con una reorganización unilateral del equipo directivo.
La tensión se recrudeció en junio, so pretexto de la prevista segregación de los activos de energía renovable de Endesa, sobre cuya valoración sigue sin haber acuerdo. Eso abonó aún más la sospecha de que la situación eran insostenible, como dejó entrever el ministro italiano de Administración Pública e Innovación al referirse recientemente al hecho de que la constructora española pilote Endesa pese a que su participación (25%) sea muy inferior a la Enel (67%). "Las cosas contra natura a veces pueden ser incluso agradables, pero no duran mucho", advirtió RENATO BRUNETTA.

Si se atiende a los mensajes que con insistencia se han puesto en circulación últimamente, en este caso la relación "contra natura" sí va a durar, al menos hasta 2010, fecha desde la cual puede activarse una cláusula de desenganche muy ventajosa para Acciona, cuyos títulos tendría que adquirir Enel al precio de la opa (41,3 euros), casi el doble de su cotización actual.

El peso de la deuda 

La caída en Bolsa de Endesa, cuyo capital flotante es del 8%, lo que la convierte en especialmente sensible a los vaivenes del mercado, representa un serio trastorno para Entrecanales, que tiene pignorado su paquete del 25% en prenda de los créditos que en su día pidió para comprarlo. Cada vez que el valor baja de los niveles pactados, hay que aportar nuevas garantías, lo que añade cargas financieras a un grupo ya de por sí bastante endeudado.

Una posición incómoda
Las declaraciones de Renato Brunetta sugieren que el Gobierno italiano, propietario del 30% de Enel, no está cómodo con el papel que esta desempeña en Endesa. La operación, trufada de influencias políticas, se cerró bajo el mandato de ROMANO PRODI y es probable que quien lo sucedió tras las elecciones de abril, SILVIO BERLUSCONI, no vea clara la necesidad de mantener en la eléctrica española un statu quo que sin duda alguna le perjudica.

Reparto de activos
Entrecanales, frente a ello, se aferra a las condiciones que quedaron establecidas en el pacto de socios. Este, por cierto, fija un segundo horizonte temporal para deshacer la relación: marzo de 2012. A partir de ese momento y hasta 2017, las dos partes pueden acordar un reparto proporcional de activos, en el que la preferencia de elección la tendría Acciona y que, si se produce, conduciría casi inevitablemente a la definitiva desaparición de Endesa, al menos  tal y como
ahora la conocemos.

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