Con negritas

Blesa se asoma a la pugna por Bankinter

En la batalla que se libra por el control de Bankinter, GEORGES PAUGET, director general de Crédit Agricole, es el verdadero antagonista de JAIME BOTÍN, a cuyo tradicional señorío sobre la entidad española el francés le ha puesto cerco. Son dos personajes dispares incluso físicamente: Pauget es orondo y luce una frente despejada, en contraste con el cuerpo enjuto y el pelo todavía en su sitio del menor de los Botín. Tampoco comparten aficiones, pues mientras aquél ama el jazz, éste prefiere la lectura de gruesos manuales de matemáticas, filosofía y física cuántica. Pauget, en fin, es un banquero de formación, que imparte clases de economía y finanzas, y Botín lleva la profesión en la sangre, como su padre, su hermano EMILIO, su sobrina ANA PATRICIA o sus propios hijos.

El encontronazo entre ambos se está saldando, de momento, a favor de quien ha sido el referente histórico de Bankinter. Aunque se enteró tarde de la compra por Crédit Agricole del paquete en poder de RAM BHAVNANI, Jaime Botín no ha dejado de maniobrar desde entonces para evitar que esa operación acabara con su primacía en en el banco. No sólo ha solicitado, como antes había hecho Pauget, los permisos pertinentes para elevar su participación hasta el 29,99%, sino que, mediante una inteligente maniobra, ha anticipado la conversión en acciones de las obligaciones adjudicadas a los empleados. Éstos son titulares ya de un 5% y, como los MASAVEU, que tienen un porcentaje similar, sindicarían su parte con Botín en caso de necesidad, dejando a Crédit Agricole en una posición muy complicada.

Todo este panorama se ha enrarecido con la entrada en liza de MIGUEL BLESA, que últimamente es el perejil de todas las salsas. Caja Madrid acaba de admitir que tiene un 4,83% de Bankinter, cosa de sobra conocida en la cúpula del banco, pues los derechos de voto en la junta solía delegarlos en su presidente, PEDRO GUERRERO. Eso no significa, sin embargo, que Blesa vaya a unir sus fuerzas a Jaime Botín en caso de agresión francesa. El presidente de Caja Madrid ya ha dado pruebas suficientes de que va a lo suyo, como demostró en Endesa, donde pescó en río revuelto una notable plusvalía, o en Iberia, de la que se ha convertido en hombre fuerte para sorpresa de los que se habían creído que la aerolínea estaba en venta.

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