Entre bambalinas para no contrariar más de lo imprescindible a sus socios liberales, ANGELA MERKEL ha terciado a favor de Hochtief en el pulso que mantiene con la española ACS. Fruto de sus gestiones ha sido la entrada en liza del fondo soberano de Qatar, que acaba de comprometerse a suscribir una ampliación de capital por importe de 400 millones de euros, equivalente al 9,1% de la primera constructora de Alemania. Como consecuencia de ello, se diluirán en la misma proporción las participaciones de los actuales socios, empezando por la del grupo de FLORENTINO PÉREZ, que deberá hacer un esfuerzo mayor de lo previsto para alcanzar el 50% deseado.

Según la prensa local, fue la canciller quien animó a los qataríes a echarle un cable a Hochtief, cuyos directivos temen que, cuando aumente su peso en el accionariado, ACS reduzca el amplio margen de maniobra del que ahora disfrutan. El pequeño y rico emirato (50 veces más pequeño que España, pero con la segunda mayor renta per cápita del mundo) es un viejo conocido de la Administración alemana, pues no en vano controla el 17% de Volkswagen, el principal fabricante automovilístico de Europa. Gracias a las copiosas reservas de gas y petróleo de su país, el vehículo inversor de Qatar mueve 70.000 millones de dólares, con los que podría comprar enterita cualquier sociedad del Ibex 35, exceptuando Santander y Telefónica.

A mediados de octubre, este fondo tomó el 5% de la filial brasileña del banco de EMILIO BOTÍN mediante un desembolso de casi 2.000 millones de euros, en lo que probablemente sea el primer paso hacia una alianza de amplio alcance en América Latina. Aunque su posición en el sector financiero es creciente (ya está presente, por ejemplo, en Barclays y en Credit Suisse), la verdadera campanada de Qatar fue la compra en mayo de los célebres almacenes londinenses Harrods, por los que pagó al empresario egipcio MOHAMED AL FAYED 500 millones de libras.

ACS, que posee el 29,9% de Hochtief , necesita llegar al 50% para anotarse sus resultados y mejorar sus ratios financieros. A tal fin, acaba de lanzar una opa que cuenta con el visto bueno de los reguladores alemanes, pero que el consejo de la constructora considera "no amistosa".