La Junta de Andalucía se ha descolgado con un decreto ley que adapta la normativa regional sobre cajas de ahorros al nuevo marco regulador del Estado. Se trata de una adaptación obligada, pero JOSÉ ANTONIO GRIÑÁN la ha aprovechado para hacer uno de esos brindis al sol que tanto gustan a los políticos en vísperas electorales. Si el decreto ley no sufre cambios durante el trámite de convalidación parlamentaria, ningún cargo de las cajas andaluzas podrá ganar en el futuro más que el presidente de la comunidad. O sea: unos 69.000 euros brutos anuales si se toma como referencia la retribución del propio Griñán prevista en los presupuestos autonómicos correspondientes a 2011.

Se entiende que el límite afecta a quienes ocupan puestos directivos, pues no tendría sentido en el caso de los miembros de los consejos de administración y de las diferentes comisiones. Por imperativo del Banco de España, estos últimos sólo pueden cobrar dietas de asistencia a las reuniones de los órganos de gobierno en los que están presentes. Y, según datos de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) referidos a 2009, la percepción media por persona ronda los 15.000 euros al año. Muy lejos, por tanto, de los 69.000 que se embolsará el presidente de la Junta de Andalucía.

Por otra parte, que ese límite se aplique a la alta dirección de las cajas quizá sea muy popular ahora que los escandalosos sueldos pagados por algunas entidades financieras gozan de una justa mala prensa. Pero pueden suponer un serio obstáculo para la captación de profesionales capaces de sacar al sector del pozo en el que lo han metido la crisis inmobiliaria y una administración manifiestamente mejorable. Pensar que en el mercado puede haber gente valiosa dispuesta a batirse el cobre con las demás entidades financieras por ese dinero es, simple y llanamente, una ingenuidad.

A no ser que se pretenda que las cajas que sobrevivan a la reestructuración sean manejadas por gestores de medio pelo o por políticos sin mejor destino. Pero entonces ya estaríamos hablando de otra cosa.

Hecha la ley...

La limitación de sueldos establecida por Griñán afecta a las cajas de ahorros andaluzas, pero no a los bancos nacidos de ellas. Esos bancos, fruto de acuerdos entre entidades de distintas comunidades autónomas, escapan a la jurisdicción de la Junta.