Posibilidad de un nido

Por qué Felipe González normaliza la extrema derecha

El expresidente del Gobierno de España Felipe González interviene en el foro 'El desafío de los grandes incendios forestales. Impactos en el territorio', en la Sala de la Corona del Edificio Pignatelli, a 25 de enero de 2023, en Zaragoza. -FABIÁN SIMÓN / Europa Press
El expresidente del Gobierno de España Felipe González interviene en el foro 'El desafío de los grandes incendios forestales. Impactos en el territorio', en la Sala de la Corona del Edificio Pignatelli, a 25 de enero de 2023, en Zaragoza. -FABIÁN SIMÓN / Europa Press

El siguiente movimiento del PP –y de esa parte del PSOE que parece PP, o sea los de Felipe González– se llama "que gobierne la lista más votada". Ya han empezado con esa matraca y me temo que a partir de ahora nos vamos a hartar de oírlo.

Lo ha propuesto Felipe González en un artículo reciente titulado "Pónganse de acuerdo". González siembra sus directrices para un sector del PSOE y, en gran medida, para regalar argumentos a un PP que anda más bien justito. Una podría pensar que se trata de un apoyo abierto al Partido Popular, porque todo indica que serán los conservadores quienes ganen en número de papeletas, pero el asunto es más elaborado y engorroso. Gracias a la postura de González, Alberto Núñez Feijóo podrá decir aquello de que, si pacta con Vox, si la ultraderecha entra en el Gobierno, no es por su culpa, sino responsabilidad de un PSOE que podría haberlo evitado con su abstención. Y ese tipo de matracas.

Lo que está haciendo González, para empezar, es despreciar una posible coalición del PSOE con Sumar. Con su afirmación, da por hecho que la suma de ambas formaciones, con los apoyos y abstenciones que requiera, no alcanzará la posibilidad de gobernar. No es baladí tal gesto. Coloca al electorado en dicha idea como base de partida, lo que supone una maniobra de desmovilización evidente.

Pero, además, el mandato de dejar gobernar a la lista más votada incluye, aun en el caso de que la coalición pueda, negarles el gobierno a las fuerzas progresistas. Es decir, siguiendo el razonamiento del expresidente González, partimos de la base de que las izquierdas no van a conseguir imponerse al bloque de derechas ni con todos los apoyos de la cámara. Pero incluso consiguiéndolo, el pacto le repugna hasta tal punto que prefiere un Gobierno del PP en minoría.


La defensa de su argumento reside en algo que llama "centralidad" o "pactos de centralidad", y vaya por delante que dicha idea es, en gran parte, la culpable del auge de la extrema derecha, su ascenso a las instituciones, sus últimos triunfos. Según González, cuando España pierde esa "centralidad", "se debilita", "se polariza" y "pierde credibilidad".

La polarización de la que habla el líder socialista nace de equiparar a todos los partidos a la izquierda del PSOE con la ultraderecha. Es decir, en un "polo" estaría Sumar y en el opuesto, Vox. Vendría a ser aquella pregunta trampa del PP de "Y si ustedes pactan con Podemos, ¿por qué no podemos nosotros hacerlo con Vox?".

Poner en el mismo plano a la extrema derecha –hasta hace nada se hablaba de "líneas rojas" en toda la UE como norma– con los partidos de izquierdas supone una barbaridad democrática. No me detendré a explicarlo, porque quien no lo entiende es porque no quiere. Baste decir que en esta sociedad existían unos consensos democráticos que Vox ha hecho saltar por los aires con el beneplácito, e incluso el aplauso, del PP: la lucha contra la violencia de género, el racismo y la homofobia, el respeto por las minorías o la libertad de expresión son solo un ejemplo.

Por eso, la propuesta de Felipe González es tan inaceptable como peligrosa. No por la posibilidad de darle o no el Gobierno a los populares, sino porque parte de una base que rompe el marco democrático que teníamos hasta el momento: la extrema derecha no es equiparable a nada, no existen dos polos idénticos a uno y otro lado. Considerar lo contrario es normalizar el nuevo fascismo que se va instalando en Europa y a aquellos que Xose Manuel Beiras, en la estupenda entrevista publicada en este periódico, definía como "nazis".

Más Noticias