Posibilidad de un nido

Pierde Vox porque el miedo es arma de cobardes

Pierde Vox porque el miedo es arma de cobardes
El candidato de Vox a la Presidencia del Gobierno de España, Santiago Abascal (c), durante el seguimiento de la jornada electoral de los comicios generales en la sede de Vox, a 23 de julio de 2023, en Madrid (España). A. Pérez Meca / Europa Press

Sale Pedro Sánchez, vestido de vaquero, al escenario de Ferraz, y las gentes ondean banderas españolas junto a las del PSOE, bailan a Rigoberta Bandini. Sale Yolanda Díaz y dice sonriente: "Creo que hoy la gente va a dormir más tranquila". Sale Alberto Nuñez Feijóo al balcón de Génova y los votantes del PP corean un "Que te vote Txapote" que se ha quedado viejo y feo como por arte de magia, tanto que no se atreven a alargarlo y callan tan pronto como empiezan. Sale Santiago Abascal ante los suyos y de pronto es un hombre en blanco y negro, antiguo, ha perdido toda la ferocidad que lleva cuatro años mostrando. Es ya un poco nadie

Hemos pasado toda una campaña electoral creyendo que lo de Txapote y la foto de un agresor sexual de mujeres a tamaño gigante podían movilizar a la población hasta el punto de dar a luz un Gobierno, el Gobierno del miedo, de los matones, de los machos violentos. Nos han convencido desde los medios de comunicación, encuesta a encuesta, análisis a análisis, de que se puede ganar el apoyo de la población a base de amedrentarla y mentir. Nos han persuadido de que los abusones pueden callar a la mayoría con sus bravuconadas y amenazas.

Ayer, al final del recuento electoral, cuando por fin quedó claro que no, que esa estrategia putrefacta no funciona en esta España, se pudo sentir un ensancharse el alma común, una corriente de alegría y alivio recorrer el territorio. Eran, en gran parte, las mujeres, porque a ellas es a las que ha utilizado principalmente la ultraderecha para construir su avance. La campaña de Vox ha consistido en vapulear, magrear, maltratar y asustar a las mujeres. Han hablado de los toros, de la Cultura, de esas cositas suyas, pero poco. Sobre todo, han puesto el acento en negar la violencia machista. Les han dicho a las maltratadas que no les creen; a las amenazadas de muerte, que no van a encontrar amparo. Han dicho a las madres que sus hijas podrían darse de bruces con la realidad de un violador en cada esquina y no habrá Gobierno que vele por ellas, y que echarán abajo las leyes para castigar al que las agreda. 

Han amenazado constante, diariamente, en cada una de sus apariciones, con eliminar los mecanismos institucionales que luchan por la igualdad. Y en ese sentido también se ensancha el corazón de la comunidad LGTBIQ+, también respiramos con alivio quienes creemos en la igualdad de derechos a la hora de amar, formar familias o lo contrario, tener criaturas o dejar de tenerlas, hablar de género, construir nuestras vidas y nuestras identidades con libertad gozosa. 


Ya entrada la noche, de camino ayer iba oyendo proclamas del No pasarán, gritos alegres. Porque no han pasado, porque los que dan miedo, los abusones, los señoros violentos, los agresores, los que se burlan y dañan la belleza y los cuidados se han quedado atrás, no llegan ni a rozarnos. 

Empezó la jornada electoral con los vaticinios de un Gobierno de la derecha con la extrema derecha, había quien ya les daba los ministerios de Cultura y Educación, quien ya había borrado el de Igualdad. Así llevábamos desde las pasadas Elecciones municipales y autonómicas. Me pregunto ahora cómo hemos podido dejar que nos convencieran. 

En el fondo de nosotras, de nosotros, algo nos decía que no, que era imposible. Ayer Vox se dio el mayor de los batacazos entre todas las formaciones, y perdió dos decenas de diputados, una barbaridad para los 52 que tenía, y un buen mordisco en sus arcas.


El domingo publiqué un artículo hablando de que las madres no pueden votar a Vox, que no me lo creía. Sigo pensando lo mismo. Las madres, las mujeres y los hombres libres, las personas LGTBIQ+, las y los migrantes, las gentes de la Cultura, cualquiera que crea en la belleza y tenga capacidad de amar es imposible que elija el miedo. El miedo es para los cobardes, es su arma preferida. Porque ellos ante el miedo, retroceden. Nosotras, nosotros, no tenemos costumbre de dar pasos atrás. Ni tiempo para permitírnoslo.

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