Culturas

Escribir en foráneo

LETRAS DE CAMBIO // EVA ORÚE, escritora

En estos días se publica en España El cordero carnívoro (Cabaret Voltaire), de Agustín Gómez Arcos, autor que en algún momento fuera conocido como Agustin Gomez-Arcos. Nunca antes habíamos podido leerla en español.

Exilio
Prescindir de los acentos y unir los apellidos paterno y materno mediante un guión fue la manera que el almeriense (Enix, 1939) tuvo de integrarse en la patria literaria de su país de adopción, Francia. Allí llegó, tras pasar por Londres, después de que -entre otros atropellos- la censura franquista impidiera o dificultara las representaciones de las obras teatrales con las que había ganado los Premios Nacionales Lope de Vega 1962 (Diálogos de la herejía) y 1966 (Queridos míos). En París siguió aferrado a su lengua primera, sus obras eran traducidas para ser representadas, hasta que en 1974, el editor de Stock le propuso escribir novela y directamente en francés. El resultado fue L’Agneau carnivore, Prix Hermès 1975, su segundo nacimiento literario, el inicio de una nueva vida artística.

Una nómina ilustre
No son pocos los grandes de la literatura que por razones más o menos políticas decidieron abandonar total o parcialmente su idioma materno: Conrad, Beckett, Nabokov, Brodsky... Conrad, al que algunos tenían por traidor, consideraba "un verdadero homenaje rendido a la patria" el haberse ganado la estima de los ingleses "demostrándoles que un noble de Ucrania podía ser un marinero tan bueno como lo eran ellos y podía tener algo que decirles en su propia lengua". Beckett escribía en francés para empobrecerse, él mismo dijo que así buscaba una estética del fracaso en la expresión, y de la depauperación.

Nabokov, que se manejaba en francés, inglés y, por supuesto, ruso, sostenía que "el francés, o mejor dicho, mi francés, que es una cosa muy especial, no se doblega tan bien al suplicio de mi imaginación" y aseguraba que adoraba el ruso, lo cual no le impedía afirmar que "el inglés lo supera como instrumento de trabajo, en riqueza de matices, en prosa delirante y en precisión política". Brodsky, por fin, se mostraba satisfecho con su doble condición de "poeta ruso y ensayista estadounidense".

Libertad
¿Cuáles eran las razones de Gómez Arcos? "En Francia aprendí a escribir libremente. En realidad, me siento prácticamente francés", declaró. Pero nunca perdió la nacionalidad española, y su obra hablaba de España, y sólo de España. Falleció en 1998, cuando su país ya había recuperado la libertad, y su teatro. Ahora toca hacer justicia a sus novelas.

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