Hoy tiene lugar la huelga de jueces y fiscales y, para ser honestos, es complicado ganarse el apoyo mayoritario de la sociedad. La lista de despropósitos judiciales, tal y como nos cuenta hoy mi colega Alejandro López de Miguel, se amontonan en las hemerotecas. Aun así y en un ejercicio excelso de empatía, hay que intentar apoyar este paro, porque reclamar más justicia, en parte, es exigir más medios.
La Justicia española no atraviesa su mejor momento. Parte del desprestigio se la ha ganado a pulso, pero existe otro porcentaje, curiosamente el que no salta con demasiada frecuencia a la prensa, que va ligado a una carencia de medios que la traslada al siglo pasado. En poco más de seis meses dos huelgas prácticamente idénticas, con dos ministr@s de Justicia diferentes aunque en ambos casos, reprobad@s. Si miramos aún más atrás, ¿qué encontramos? Que los otros dos ministros de Justicia también sufrieron las quejas de jueces: Mariano Fernández Bermejo (PSOE) en 2009 y Alberto Ruiz-Gallardón (PP) en 2013... y, por diferentes motivos, ambos dimitieron.
Esa realidad dibuja a la perfección el estado de nuestra Justicia, que las propias asociaciones -hasta seis- que convocan esta huelga certifican al asegurar que es "anticuada, obsoleta, insuficiente y lenta". De ahí, concluyen, su "crisis de imagen sin precedentes"... y eso que a las primeras planas no suele saltar el terrible colapso de los Juzgados de Primera Instancia, los miles y miles de sentencias sin ejecutarse por falta de medios...
¿Qué lleva a un país a tener su sistema judicial en continua agonía? Porque en esta cuestión, PP y PSOE han ido a una. Ellos dos son quienes nos han gobernado en la última decada y quienes han dejado que la Justicia se encuentre en la UCI con respiración asistida. Por citar un ejemplo, que no es único, que resulta bastante generalizado en nuestro país: ¿Sabían que el Juzgado de lo Social de Ibiza no da fechas para juicios hasta el año 2020? El motivo no es otro que esa falta de medios, tanto humanos como materiales, que da lugar a situaciones como las de despidos improcedentes sin su indemnización... más de un año y pico en paro sin contar con el dinero que te corresponde por ley... Sin formación en violencia de género que deja a las víctimas a merced de su asesino...
¿De qué nos sirve, por ejemplo, un incremento año a año de los presupuestos destinados a Defensa si luego de puertas para adentro la ciudadanía se encuentra indefensa? Porque es así como nos encontramos, porque una Justicia tardía no es tal justicia y sume a las personas en una indefensión ante los abusos empresariales, las tropelías de la banca, los maltratadores, la corrupción política, l@s defraudador@s, robos, violaciones, asesinatos...
Debería resultar más sencillo dotar a unos Presupuestos Generales del Estado del dinero suficiente para atajar esta realidad, pero lo cierto es que ni PP ni PSOE lo han hecho. En lugar de atacarse unos a otros deberían hacer autocrítica y asumir los errores pasados y presentes... y ¿saben qué? También el espectro de la judicatura, que a lo largo de los años ha albergado sectores que le han hecho el juego a la clase política. Que no olviden ell@s tampoco que también fueron responsables de los platos rotos.