Posos de anarquía

FAES se come sus palabras

FAES se come sus palabras
Aznar en una imagen de archivo. - EDUARDO PARRA / Europa Press

Desde que se produjera la victoria amarga del PP que imposibilita la gobernabilidad a Alberto Núñez Feijóo andan los medios y tertulianos de la derecha lamiéndose las heridas. Los buenos resultados del PSOE les ha pillado casi tan a contrapié como el chasco de que el PP haya quedado tan lejos de sus previsiones. Entre los que ahora se comen sus palabras destaca FAES, el club montado por José Mª Aznar para vanagloriarse.

Dos días antes del 23 de julio, FAES publicaba un editorial en el que se burlaba del "latiguillo recurrente de la campaña socialista –'remontar'". No se imaginaba Aznar que el sanchismo, al que se refería en varias ocasiones en su texto, terminaría, no solo arruinando la posibilidad de gobierno a Feijóo, sino siendo objeto de sus súplicas de abstención para poder llegar a La Moncloa. Del mismo modo, tan confiado estaba Aznar en sondeos favorables como los de la empresa demoscópica GAD3 que también arremetía contra el CIS y su presidente, José Félix Tezanos, desacreditándolo al hablar de la 'tesis Tezanos'. También ahí erró pues el CIS es el que más se aproximó a los resultados, mostrándose Aznar y su FAES como analistas políticos de baja estofa.

El sectarismo de Aznar, su fanatismo político no le nubló la vista, más bien lo cegó por completo. Aquel editorial titulado Llegó la hora destilaba el machismo más casposo, grosero y nauseabundo, afirmando, en referencia a Yolanda Díaz, que Pedro Sánchez "exhibía como único socio para esa prórroga eventual un figurín neocomunista confeccionado a toda prisa con retales de Dior y mediocre literatura de autoayuda". La misma Díaz que, a diferencia de Feijóo, sí formará parte del gobierno después de haber llegado a las urnas con un partido con apenas dos meses de vida.

FAES pedía "el voto para el Partido Popular porque no solo hay que derogar la mentira; también hay que restaurar la confianza" justo después de que Feijóo mintiera en directo sobre la revalorización de las pensiones o su relación con el narcotraficante Marcial Dorado, aireada por toda la prensa europea. Aquel editorial, incluso, se atrevía a afirmar que con el gobierno del PP había "llegado la hora de la unidad y de la libertad" al mismo tiempo que con su socio Vox en gobiernos autonómicos y ayuntamientos censuraban obras de teatro y cargaban contra el colectivo LGTBI.

Si Llegó la hora supone un despropósito, el editorial publicado dos días después, Serenidad, coherencia, patriotismo, no lo es menos. Más allá de culpar a su socio en tantos gobiernos -Vox- de los malos resultados del PP y de tener que admitir que "el PSOE ha conseguido movilizar a una parte de su electorado", el club de Aznar acusa a los socialistas de "poner en marcha un verdadero proceso destituyente que supondrá la disolución de la Constitución Española". La mentira no puede ser más supina, pues para poder hacer tal cosa se requiere de las tres quintas partes del Congreso, algo imposible sin la colaboración activa del PP.

En esa misma senda de la falsedad, el editorial reduce la última legislatura a "un periodo excepcional caracterizado por la intervención pública masiva y la barra libre de gasto público, deuda y déficit", sin precisar que de no haberlo hecho, no habría sido posible desplegar el escudo social que ha salvado a millones de personas, entre ellas, a los más de 6,6 millones de trabajadores y trabajadoras que han conservado sus empleos gracias a los más de 30.000 millones de euros que el Gobierno ha ahorrado a sus empresas con los ERTE.

Quizás la culpa de la arrogancia y del gusto de jugar con la mentira por parte de Aznar  sea en parte nuestra por no haberle juzgado como criminal de guerra por la matanza que promovió en Irak en 2003 sin el respaldo del Congreso. Salir airoso de haber inventado una guerra destrozando un país y haber potenciado un terrorismo yihadista que provocó el peor atentado de Europa en Madrid le ha hecho pensar que está por encima del bien y el mal... pero el 23-J le ha puesto en su sitio.

Mientras Feijóo anda mendigando apoyos para poder gobernar -precisando para ello, como poco a cuatro socios- FAES desliza que "los resultados alimentan la hipótesis de un nuevo gobierno Frankenstein" en referencia a la izquierda. ¿Qué es si no otro Frankenstein lo que precisa el PP? La diferencia es que mientras Pedro Sánchez y Yolanda Díaz no piden apoyos a formaciones que previamente han insultado o menospreciado, Feijóo sí. El caso más evidente es el propio PSOE, al que ahora considera "partido de Estado" después de haberlo reducido al sanchismo en campaña.

Las habilidades matemáticas de Aznar parecen estar a la altura de sus análisis políticos y de los conocimientos de Feijóo (aquello de 2x10=22), pues después de saber que ni Coalición Canaria ni PNV prestarán su apoyo al PP, FAES todavía cree que "Núñez Feijóo tendrá la oportunidad de detallar su propuesta, con ambición, en el proceso de investidura". Parece poco probable tal cosa porque, si Felipe VI cumple con su función, ni siquiera lo convocará para tal investidura por no contar con los apoyos suficientes.

Aznar terminará haciendo con Feijóo lo mismo que hizo en su día con Mariano Rajoy o Pablo Casado: dejar que caigan por la borda, arrojados por sus propios compañeros de partido. Aznar solo es leal consigo mismo, ni siquiera lo es con España pese al tufo patriotero que desprende. Y no hay mejor lección que pueda recibir por ello que la que acaba de encajar: la de la propia ciudadanía que ha expresado su voluntad de que el PP no nos gobierne. Feijóo quería derogar el sanchismo y ha sido el pueblo quien ha derogado al gallego.

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