De cara

Luis es el triunfador de la Eurocopa

Pase lo que pase esta noche, Luis Aragonés es el triunfador de la Eurocopa. Su equipo sí necesita además la victoria para ser recordado, porque los segundos puestos no computan en la estadística. Gana uno y pierden todos los demás, así se escribe el fútbol. Sin embargo, el autor de esta selección ha vencido ya. Y eso que su victoria no se contemplaba. Basta llevar la vista atrás y sentarse un rato en octubre para advertir que Luis, con la selección al borde de la eliminación, estaba sentenciado y solo. Los jugadores le habían perdido la fe; la prensa, el respeto; la calle , el cariño, y sus jefes, la consideración. Dejamos de creer en él hasta los que más le creíamos. Incluso el propio Luis se desmarcó de sí mismo con rabietas y silencios. Era el final más triste, sólo suavizado de comprensión por el peso de la edad, para la mejor de las leyendas forjadas sobre un banquillo. Y como resumen de la caída, un nombre y un omnipresente grito torturador: ‘Raúl, selección’. Junto a Luis sólo se quedó el balón y el solidario murmullo de fondo del Manzanares. Y precisamente entonces, nada más morir, resucitó: apartó a un lado su epitafio, se puso de pie, hizo girar la vida alrededor de la pelota y le dio la vuelta a todo. Utilizó el debate Raúl a su favor, reconquistó el vestuario, desafió a sus superiores hasta ponerles firmes, ignoró a la prensa y conmovió al aficionado. Empezó a jugar y a ganar, a jugar y a ganar, a jugar y a ganar. Agradeció el favor de Koeman (lo ven como sin Albelda o uno de su especie se puede y se debe), se cosió al toque y la posesión, puso a correr a sus puntas y enseñó a todos a defender. Y a juntarse, y a competir, y a creer. Nueve meses después ofrece exhibiciones tácticas en Viena, mejora cada partido en los descansos (ojo a ese dato riguroso), domina la Eurocopa. Los jugadores se confiesan marcados por su frontalidad, los periodistas le aplauden en rueda de prensa, Hierro no se atreve a pisar su territorio, la calle le grita ‘quédate’, el planeta le admira y el ruido por Raúl no suena. Ojalá la noche le conceda el broche que merece su carrera. Pero ganar ya ha ganado. Luis es el rey de la Eurocopa.

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