De cara

A propósito del 'Manzano vete ya'

Ocho partidos de Liga después, la grada del Calderón desempolvó un viejo grito de guerra que ya sonó con estruendo hace siete años y que la propiedad del club decidió intencionadamente despreciar y olvidar cuando se animó en verano a la recontratación del técnico. El "Manzano, vete ya" retumbó de nuevo sin ayuda de la megafonía en los minutos finales del soporífero Atlético-Mallorca del domingo, un partido más sin pegada ni juego de los rojiblancos. La hinchada pudo agarrarse al arbitraje, a los visibles errores de un reincidente Borbalán, pero optó por no alejarse demasiado del verdadero problema. Por eso concentró su enésimo desencanto en la figura del preparador, a quien la verdad, pese a la ceguera institucional y el cinismo mediático, ya recibió con mala cara, temiéndose lo peor.

Pasados apenas dos meses de competición, la sensación general establece que hay más plantilla que entrenador. Y esa conclusión cala también en unos despachos acostumbrados a la paciencia en los últimos años. Son bastantes los pecados atribuibles en este tiempo al técnico, como también a la patología crónica de la institución desde que fue ocupada (poca exigencia y ningún rastro de compromiso e identidad en el vestuario). Tampoco hay presión, ni siquiera artificial, que acabe con esa indiferencia desesperante que se detecta ahí abajo tras cada suceso o resultado negativo. Pero que no sea normal ni recomendable la pasividad, que no ocurra nada después de cada tacada de contratiempos, que ninguno de los responsables se sienta apretado, no vuelve saludable la recurrente solución de despedir al técnico. Y menos, tan cerca del arranque.

Hacerlo es tentador, la verdad. Y podría calmar provisionalmente a esos aficionados indignados, pero desacreditaría aún más a unos gestores ya de por sí bajos de reputación. Fueron ellos los que ficharon a Manzano a sabiendas de su gris currículo como rojiblanco y su desapego con esa hinchada que ya le vuelve a chillar. Así que ahora, sólo diez minutos después, no es plan de que miren para otro lado. Los gritos también se refieren a ellos.

Más Noticias