Dominio público

Y bailaré sobre tu tumba saharaui

Sato Díaz

Jefe de Política de 'Público'

Y bailaré sobre tu tumba saharaui

Un soldado a punto de marchar bailando con el cadáver de una prostituta en el desierto. La imagen no puede ser más dantesca, ni tenebrosa. Y solo imaginarla pone los pelos de punta. Pero lo cuentan algunos de los últimos militares españoles en abandonar el Sáhara Occidental. Puede ser verdad, un suceso más de la interminable historia; mentira, un cuento; como no podemos comprobarlo lo situaremos en el barrio de la leyenda.

En el desierto, los cuerpos enterrados tardan más en descomponerse. En noviembre de 1975, poco antes de la invasión marroquí, los últimos soldados españoles debían trasladar los cadáveres de los cementerios cristianos que habían sido reclamados por sus familiares en España. Allá quedaron los cuerpos no reivindicados, algunos legionarios y las prostitutas que se habían desplazado a la colonia siguiendo a los soldados. Algunos cuentan que, cuando abrieron los féretros para transportar los cuerpos, encontraron a aquellas mujeres que algunas noches les habían acompañado, y bailaron con ellas. Grotesco.

Esta semana, Mohamed VI anunciaba que Marruecos se unirá a la candidatura conjunta de España y Portugal para acoger el mundial de fútbol del año 2030. Mientras se celebraba en Lanzarote la cumbre hispano-portuguesa y Pedro Sánchez y António Costa mostraban su idilio ante las cámaras, el monarca alauí se coló en la foto. Otra vez un anuncio desde Rabat se adelanta a los tiempos de Madrid.

Justo este sábado se cumple un año desde que el Makjen filtrara a sus medios afines la carta que unos días antes había enviado Sánchez a Mohamed VI, anunciando el giro en la política española con respecto al Sáhara Occidental. El Gobierno de la potencia administradora de la excolonia renunciaba a la neutralidad en el conflicto en el marco de resolución de las Naciones Unidas y apostaba por una de las propuestas, juez y parte, por la autonomía marroquí del Sáhara Occidental. La prensa española, sorpresa, pronto se hizo eco de la noticia y el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, tuvo que improvisar sobre la marcha.

En septiembre de 2013, un equipo de investigación vasco dirigido por el forense y presidente de Aranzadi, Francisco Etxeberria, y el médico Carlos Beristain exhumó e identificó a ocho saharauis desaparecidos desde 1976, cuando habían sido detenidos por las fuerzas militares marroquíes. En las inmediaciones de la fosa encontraron casquillos de bala, lo que desmontó la versión oficial marroquí de que habían muerto "por circunstancias" durante el arresto, fueron asesinados. Junto a dos de las víctimas se encontraron dos DNI españoles, que acreditaban que eran ganaderos de profesión. Víctimas españolas, desaparecidos saharaui-españoles bajo la arena del desierto.

Por la pasada RAN (Reunión de Alto Nivel) celebrada en Rabat el pasado febrero, que reunió a componentes de los ejecutivos marroquí y español, no se pasó el rey alauí, que dejó plantado a Sánchez. Sin embargo, llegaron a acuerdos bilaterales. El Gobierno agiliza la apertura de una sede del Instituto Cervantes en el Sáhara ocupado. La normalización de la ocupación sangrienta y militar de la excolonia española por parte del ala socialista del Gobierno avanza a marchas forzadas. Parece que la sentencia definitiva del Tribunal de Justicia de la UE sobre los recursos naturales del Sáhara y su explotación, que implica a empresas españolas, puede conocerse antes del verano, lo que puede conllevar un nuevo varapalo para quienes no aceptan que el Sáhara no es Marruecos.

Al ritmo que va el Ejecutivo de Sánchez y el PSOE, no es de extrañar que, si el mundial de fútbol lo organizara España junto con Marruecos (y Portugal), permitieran también que una de las sedes estuviera en el Sáhara Ocupado, legitimando más la ilegalidad. ¿Por qué no construir un moderno estadio de fútbol en El Aaiún? La mano de obra saharaui saldría barata bajo la ocupación militar. Quizás lo construirían a las afueras. Nunca se podría saber si sobre cuerpos enterrados de desaparecidos saharauis, con DNI español, que se mantuvieron durante un tiempo sin descomponerse por las condiciones desérticas.

Estamos a un paso de celebrar los goles de la selección española en el Sáhara ocupado, dándole una vuelta de tuerca más a la tragedia. Celebrar los goles, bailar en la grada y cantar eso de "yo soy español, español, español". La tragedia, en un instante, se convierte en farsa.

Y bailaré sobre tu tumba saharaui.

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